Si has llegado hasta aquí probablemente estés buscando información sobre el benchmarking. Esta disciplina, en la que puedes formarte con nuestro máster online en project management, es una de las estrategias empresariales más usadas. Si estás interesado en ampliar tus conocimientos sobre este ámbito, sigue leyendo. Te contamos a continuación qué es el benchmark y qué tipos existen. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
¿Qué es el benchmarking?
El benchmark consiste en analizar las estrategias, productos y resultados de las compañías líderes de un sector. Su finalidad principal es la de comparar nuestra propia marca con las primeras marcas del ámbito.
Este proceso no busca copiar lo que hacen los demás, sino que busca aprender de los otros. ¿Qué hacen los otros que yo no haga? ¿Cómo puedo mejorar lo que estoy haciendo? Tener como referencia las marcas más destacadas y analizar sus pasos y métodos nos permite un factor muy importante. Hablamos, como muchos ya imaginaréis, sobre la competitividad.
Tipos de benchmarking
Hay diferentes tipos de benchmarking que se diferencian entre ellos. Aunque todos ellos comparten objetivos, pues buscan ayudar a los project managers a mirar hacia arriba para mejorar.
Benchmark competitivo
Tiene como principal objetivo analizar los servicios, funciones, productos y procesos de las empresas más potentes en el sector. Sus finalidades son, básicamente, detectar mejoras, adaptaciones o estrategias que nos permitan avanzar o alcanzarles.
Es tal vez uno de los tipos más complicados. Estudiar a la competencia directa no es fácil, ya que, comprensiblemente, no está dispuesta a colaborar. Por lo tanto, el trabajo de este tipo de benchmark es, en gran parte, de investigación. En este punto deberás intuir, comprobar y recopilar datos durante más tiempo. De manera que aumenta el coste y el tiempo, pero se gana información de gran valor.
En este punto cabe destacar la existencia de otra tipología: la no competitiva. Es decir, la que no limita sus sujetos por sector, tamaño y negocio.
La variedad funcional
Se trata de otra de las estrategias. En este tipo de benchmark se busca identificar las mejores prácticas de cada área. En este caso no es necesario analizar a la competencia directa. Es decir, se pueden analizar grandes marcas del sector o, por lo contrario, investigar empresas ajenas a él. Lo importante es buscar las estrategias que, sean del departamento o área que sean, funcionen y puedan aplicarse a nuestra compañía.
Interno
En este caso, la investigación se hace en nuestra propia empresa. Este tipo se realiza, principalmente, en las grandes empresas con muchos departamentos o en grupos empresariales con distintas ramas. El tipo interno busca identificar buenos ejemplos para adaptarlos o intentar implantarlos en otras secciones.
Benchmarking no competitivo
Ya lo habíamos mencionado anteriormente. Sin embargo, este tipo de benchmark merece una mención aparte. Esta variedad no limita el estudio de una empresa según sus números. Es decir, aunque una de las compañías que tengamos en la lista de competencia esté a “años luz” de nuestros resultados, no debemos olvidarla. Según este tipo de marcaje empresarial, es probable que esta pequeña empresa tenga algunas ideas frescas que a ella le mantienen a flote y, a tu marca, le pueden dar un soplo de aire fresco.
Etapas del benchmarking
Como todas las investigaciones, para crear una estrategia de benchmarking es necesario seguir algunas fases. Aquí tienes un pequeño resumen de los pasos a seguir:
- Establecer los objetivos y los sujetos a analizar.
- Recopilar todos los datos posibles. Buscar en asociaciones, otras investigaciones, bases de datos o información interna es una buena idea.
- Analiza los datos y búscales diferentes interpretaciones.
- Intenta implementar, por fases, las mejoras que creas funcionales y útiles. Añádele siempre alguna idea propia y crea una estrategia con valor.
- Busca métodos y herramientas que te permitan realizar un seguimiento. Así podrás mejorar las mejoras.