El brand marketing es uno de los enfoques de los modos de trabajo más interesantes de la actualidad. Antiguamente, las empresas y las marcas se construían sobre la marcha, mezclando la improvisación con la necesidad de cubrir los problemas que fuesen surgiendo. Pero en la actualidad el proceso de creación de marcas es mucho más pausado y elaborado, por eso queremos explicarte en qué consiste en este post. Además, recuerda que en Esneca contamos con una amplia oferta formativa en cursos de marketing para que puedas formarte desde cero o actualizar tus conocimientos, mejorando así tu perfil académico y profesional.
Índice de contenidos
¿Qué es el brand marketing?
El brand marketing está relacionado con la reputación de una marca, tanto a nivel online como offline. Consiste en aportarle contenidos, darle una serie de valores que la representen y, en definitiva, que posea un universo en el que se pueda ver referenciada. Desde los colores hasta el logo.
La idea de fondo es la de permitir que sea una marca reconocible para el público. Y potenciar ese reconocimiento como un factor clave que puede influir en la decisión de compra de los potenciales clientes. Es decir, asumir que una marca no es simplemente sus productos sino todo el ecosistema que la envuelve, desde sus mensajes hasta su construcción visual.
Esto responde a una necesidad clara de los mercados y de los consumidores actuales. Hay porcentajes cada vez más elevados de personas que no solo buscan comprar por el producto en sí. Necesitan que esta experiencia envuelva más elementos. Y uno de ellos es el de identificarse o, por lo menos, encontrar mayor profundidad intelectual en una marca.
Como puedes ver, se trata de algo muy nuevo que ya está cambiando la forma de crear empresas. Por lo tanto, es necesario que se empiece a integrar esta clase de modelos cuanto antes.
Algunos de los pilares del branding
Siempre hay una serie de marcas, de símbolos o de acciones que funcionarían como la punta de lanza de cualquier proceso de branding. Y, es que, aunque queramos darle una personalidad y una particularidad a nuestra marca, esta siempre se va a construir en base a los mismos elementos.
Nombre y logotipo
La presentación más inmediata de cualquier marca. No en vano el naming está cobrando cada día una mayor relevancia y popularidad y se une al brand marketing. Por un lado, el nombre de la empresa tiene que ser pegadizo y fácil de recordar, a la par que sencillo. Hay miles de formas de crearlos y de producirlos, pero dar con el adecuado es muy complicado, principalmente porque es imprescindible que encaje a la perfección con el resto de elementos de la marca.
En cuanto al logo, se trata de un resumen gráfico de los valores y del espíritu que vaya a asumir tu marca. Aquí entra también la psicología del color, puesto que cada uno de ellos significa una cosa u otra y apelará a unas emociones diferentes.
Generalmente, lo más apropiado es estudiar varias opciones, presentar pruebas a diferentes personas, escuchar opiniones, reunir información y recabar datos. De esta forma podrás aproximarte a la opción más adecuada.
Pensar un eslogan
Anteriormente habíamos hablado de mensajes sencillos y muy escasos. Esta sería la reducción más interesante de los mismos y uno de los puntos básicos del brand marketing. Hay que condensar todo lo que quieres decir en una frase. Tiene que estar teñida del espíritu de tu empresa, contar con una serie de valores claros y ser pegadiza y efectiva.
El poder aquí está en las palabras y no es algo que se pueda controlar en poco tiempo. Por lo tanto, es necesario que medites en profundidad sobre las posibilidades que tienes.
Apostar por los valores
La mejor forma de humanizar y de darle densidad y contenido a una marca es otorgándole, también, una serie de valores marcados. Que se implique en causas o que abandere determinados movimientos o aspiraciones.
Es una forma de volverla radicalmente actual y de hacer que se enfrente, también, a su tiempo. De esta forma le das una constitución narrativa que viene muy bien para que el público la identifique y, de la misma manera, que la recuerde.
En conclusión, el brand marketing es el enfoque más actual de cara a pensar en cómo crear una marca. Siguiendo estas indicaciones podrás aproximarte a tu público y presentarte como una empresa mucho más humana, más sólida y, en definitiva, que sea capaz de vender sus productos de una forma más efectiva.
¿Cómo puedes enfocar una estrategia de branding?
Habría principalmente tres puntos claros:
1. Identificar los clientes potenciales
Como en cualquier otro trabajo de marketing, en el brand marketing tenemos que saber para quién hablamos, ya que en caso contrario estaremos malgastando saliva. Un ejemplo, no podemos poner lo ecológico como un valor cuando nuestro público son personas de más de 70 años. Principalmente, porque la conciencia ecológica no es uno de los rasgos más profundos y significativos de ese segmento poblacional.
Por lo tanto, hay que averiguar primero quién compra y por qué compra nuestros productos. O, en caso de que todavía no estemos en funcionamiento, quién queremos que nos compre y dejar muy claro a qué clase de personas estamos tratando de dirigirnos.
2. Crear un vínculo emocional
Se trata de un sentimiento que tiene que recorrer cada uno de los elementos que integren nuestra marca. Es decir, cualquier parte del trabajo que desarrollemos tiene que buscar crear, mantener o fortalecer el vínculo original.
Ya sea de confianza o de alegría, las comunicaciones, creatividades y, en general, los elementos que vayamos a emplear en nuestros mensajes y productos van a relacionarse con eso.
3. Enviar un mensaje claro
Lo peor que puede hacer una marca es perderse en vaguedades o tratar de abarcar demasiado. Las explicaciones largas y complicadas aburren o distraen, haciendo que una gran masa de nuestro público pierda o se olvide del sentido final que queríamos transmitirle.
Por eso, lo mejor siempre es centrarse en enviar uno o, como mucho, dos mensajes. Y piensa que estos tienen que estar destinados a refundar o a sostener ese sentimiento de vinculación que quieres crear con tu público.
Por lo tanto, concéntrate en enviar un mensaje sencillo. Y, a poder ser, repítelo con una frecuencia suficiente como para que sea fácilmente recordado pero que no llegue a aburrir en ningún momento.