Enero es, por excelencia y junto a junio, el mes durante el que más nos preocupa nuestro peso. Hemos superado las comilonas navideñas, los encuentros familiares y llega la hora de subirse a la báscula y buscar de nuevo el equilibrio. Lo primero que se nos vine a muchos a la mente es ponernos a régimen. Sin embargo, hoy os hablamos de una alternativa: la nutrición intuitiva. ¿Sabes qué es y cuáles son sus principales claves? Quédate y apréndelo con nosotros. y recuerda que puedes ampliar tus conocimientos en nutrición y vida saludable a través del curso de nutrición y dietética.
Índice de contenidos
¿Qué es la nutrición intuitiva?
La alimentación intuitiva es un modelo nutritivo ideado en 1995 por Elyse Resch y Evelyn Tribole. Se trata de un modelo de alimentación que parte de escuchar a nuestro propio cuerpo y aprender a identificar las señales que nos marca. Dicho de otro modo, la nutrición intuitiva parte del respeto por el cuerpo.
Y es que a pesar de que muchas personas creen que “no saben comer”, todos nacemos con esta capacidad: cuando somos pequeños y estamos saciados, dejamos de comer. Este conocimiento, sin embargo, se va difuminando a lo largo de los años. Siendo cada vez más difícil escuchar nuestras propias señales.
Poco a poco nos olvidamos de nuestra alimentación intuitiva y nos sometemos a prejuicios, “obligaciones” y aprendizajes que nos alejan de la nutrición intuitiva tales como: hay que acabarse el plato o no es bueno comer tanto este alimento. El objetivo de este modelo de alimentación es recuperar estas habilidades y cambiar nuestra manera de ver la alimentación.
Dejar atrás los cálculos de calorías o macronutrientes. Dejar de prohibirnos o restringir grupos de alimentos. Debes y puedes comer de todo, sin sentirte mal y sin tener remordimientos.
5 claves de la nutrición intuitiva
A continuación te damos las 5 claves principales para que puedas familiarizarte con este concepto:
1-. Tenemos hambre, y es sano
Aceptar que tenemos hambre puede ser un trabajo difícil para algunas personas. Sin embargo, tener hambre es sano y es la manera en que nuestro cuerpo nos indica que debemos comer para evitar la desnutrición o la inanición. Reconciliarse con el cuerpo es de vital importancia para la nutrición intuitiva.
Identifica de nuevo los señales de hambre y poco a poco olvídate de “callarlas”. La fatiga, los temblores, la incapacidad para concentrarse o los gruñidos del estómago son claras señales de hambre.
2-. La comida es comida, ni buena ni mala
Declárate ganador de la guerra que tenías contra la comida: no hay comida buena ni comida mala. Hay comida, que te ayuda a saciar el hambre. Intenta saborear al máximo el sabor de cada plato y analiza qué has sentido mientras comías: ¿te sientes saciado? ¿Estaba bueno? ¿Cómo está mi cuerpo ahora que he comido?
3-. Señales de saciedad
Nuestro cuerpo empieza a mandar las señales de saciedad en un plazo de 15-30 minutos tras el primer bocado. Por eso, cuando empieces a practicar la nutrición intuitiva, intenta comer poco a poco. Así te será más fácil saber si has comido suficiente o no.
Las señales a las que debes prestar atención son:
- Reducción del apetito
- Desaparición de las señales de hambre
- Fatiga
- Sueño
- Sensación de tener el estómago lleno
En este punto es importante destacar que no debemos forzarnos a comer cuando reconocemos estas señales. Guarda la comida y poco a poco adapta las cantidades a tus sensaciones de hambre.
4-. Respeto, sobre todo
Aprende a quererte y no te compares con nadie. Es otra de las primeras reglas de la nutrición intuitiva. Quererse a uno mismo es difícil, sobre todo cuando hemos crecido rodeados de prejuicios y estereotipos. Hoy en día, con las redes sociales nos pasa un poco lo mismo. Sin embargo, no todo lo que vemos en ellas es cierto ni real. Aprende que somos humanos, diferentes en su igualdad.
5-. Autoconocimiento como base
El autoconocimiento, no solo a nivel señales corporales, sino también a nivel emocional es básico en el ámbito de la nutrición intuitiva. De este modo, aceptar que podemos estar tristes o podemos sentirnos frustrados evitará que recorramos a la nevera. Asimismo, conocernos a nosotros mismos nos ayudará a tomar mejores decisiones y dejar de lado el autocastigo o la culpabilidad.
El movimiento y el deporte, intuitivos también
Solemos pensar en el deporte en clave de “voy a quemar”. Nada más lejos de lo recomendable con la nutrición intuitiva. Ni mucho menos estamos sugiriendo que el deporte deje de ser clave en el bienestar en este modelo de alimentación. Sigue teniendo, obviamente, un papel muy relevante. Sin embargo, lo cierto es que debemos distanciarnos del deporte como obligación, como castigo o como causa.
Elige un deporte que te guste, que te haga sentir bien, que no te importe practicar. No importa si bailas, te apuntas a natación o sales a correr algunos días durante la semana. Lo importante es que disfrutes de este momento, del movimiento de tu cuerpo y de la liberación de tu mente, que olvida ni que sea de manera momentánea, sus principales preocupaciones o problemas.
En definitiva, vivir fuera de la cultura de la dieta es posible si apuestas por una nutrición intuitiva y respetuosa contigo mismo. Comer de manera consciente, sin culpas, ni remordimientos ni reglas preestablecidas. Sabiendo que nuestro cuerpo va a agradecer estas aportaciones nutricionales y lo transformará en energía para lo más importante: estar y vivir sano.