La comunicación asertiva permite expresar las ideas y los sentimientos de forma directa y honesta, con respeto y educación hacia los demás. Esta forma de transmitir un mensaje cada vez está más presente en la sociedad, no solo entre los expertos sino también en el día a día. Seguro que has oído hablar de las técnicas de comunicación asertiva en las series de televisión, los programas, libros y charlas sobre liderazgo. Hoy te contamos qué es y en qué consiste para que puedas aplicarla a tu día a día.
Índice de contenidos
¿Qué es la comunicación asertiva y cuáles son sus elementos?
Esta comunicación se basa en la actitud de una persona cuando se relaciona con su entorno. Esta debe transmitir de forma positiva su mensaje, expresando sus opiniones e ideas sin descalificar ni faltar al respeto. El objetivo es eliminar los reproches y evitar los enfrentamientos, a fin de poder construir una relación más significativa y positiva con los demás.
Este tipo de comunicación se utiliza cada vez más no solo en entornos relacionados con la terapia, sino también en la empresa. Tanto en el área de los recursos humanos como en las más altas esferas económicas, la asertividad permite lograr los objetivos de forma positiva.
¿Cuáles son los 5 pasos en la comunicación asertiva?
Para poder desarrollar una comunicación asertiva exitosa, debemos basarnos en los siguientes 5 pasos:
- Preparar el tema con anterioridad.
- Practicar la escucha activa.
- Tener empatía con los demás.
- Escoger las palabras con esmero, evitando aquellas con connotaciones negativas.
- Prestar atención a la comunicación no verbal.
Técnicas de comunicación asertiva y ejemplos
Cuando nos enfocamos en mejorar nuestro estilo comunicativo puede que nos demos de bruces con un muro: el del desconocimiento. No podemos empezar desde cero, y por ello podemos hacer uso de las 7 técnicas de comunicación asertiva que te ayudarán en el proceso:
1. Ser claro
Evitar ambigüedades en el mensaje te resultará fundamental para poder transmitir lo que quieres sin andarte por las ramas. Emplea un lenguaje sencillo y que dé en la diana para evitar malentendidos: este simple consejo te ayudará a mejorar rápidamente en tu camino para ser más asertivo.
Por ejemplo, no digas “necesito que recojas a un amigo esta tarde y lo traigas aquí”. Es mejor decir: “por favor, ¿podrías recoger a Juan en la estación esta tarde a las seis y traerlo a mi casa?”. El segundo mensaje es mucho más claro y evita ambigüedades y vaguedades.
2. Ir directo al grano
¡No des mil y un rodeos! Hay mucha gente que cree que ir directo al grano es un problema y prefiere darle vueltas al asunto, como si de esta manera estuviera preparando el terreno… ¡Error! Cuando divagas la gente que te escucha no tiene claro qué quieres transmitirle, por lo que no suele seguirle el ritmo a tus pensamientos con la misma efectividad en que lo haría si fueras más directo.
Por ejemplo: quieres pedir ayuda a un compañero para gestionar los detalles de un proyecto. En lugar de insistirle en que no le ocupará mucho tiempo, recordarle en qué consiste el proyecto, contarle por qué es importante y decirle que te adaptas, mejor dí directamente: “Necesito ayuda con el proyecto que estoy llevando. ¿Te viene bien reunirnos esta tarde a las cinco?”.
3. Ser concreto
¿Es lo mismo decir que había muchas flores en el balcón que decir que había unos geranios rojos? Ser concreto es algo que los escritores aprenden pronto, pero no sólo se aplica a ellos. Evita las generalidades y dí lo que tengas que decir: ganarás en efecto e impacto en tu mensaje. No es lo mismo estar enfadado que estar irritado o molesto.
4. Ser correcto
Hay gente que confunde ir directo al grano y ser claro con ser (un poco) maleducado. ¡Que no sea ese tu caso! No adornes el mensaje ni evites temas espinosos, pero tampoco faltes nunca al respeto a tu interlocutor.
En lugar de decir que estás enfadado porque tu pareja es desordenada y empezar a perder los estribos, mejor emplea fórmulas como “cuando tú haces, yo siento” o “me molesta que los calcetines estén en el suelo”. Emplear estrategias como estas es una forma de evitar que la otra persona se sienta atacada y conducir la conversación adecuadamente.
5. Transmitir el mensaje de forma coherente
Si empiezas hablando de A, y luego pasas a F, y después sigues por B, C y vuelves a A… ¿de verdad crees que alguien podrá seguirte? Estructura coherentemente tu contenido, ten claro lo que quieres decir y haz que el mensaje completo tenga sentido.
6. Transmitir el mensaje sin ocultar información
Todo aquello que no digas, no será entendido. Esto significa que no debes guardarte nada en el tintero. En algunos temas espinosos puede resultar un engorro, pero a la larga es mucho mejor tener las cosas claras y disponer de la información completa para poder avanzar.
7. Respeta las necesidades de los demás
Igual que hay personas que necesitan hablarlo todo hasta la última de las anécdotas para sentir que un asunto está zanjado, hay otras que necesitan procesar a solas toda la información. Respeta a tu interlocutor: si quiere su espacio, dáselo, y si quiere hablarlo, debes estar dispuesto a ello.
¿Qué ventajas tiene esta comunicación?
Esta forma de transmitir mensajes está relacionada con una mayor capacidad para gestionar equipos de trabajo y solucionar conflictos en el entorno laboral. Asimismo, permite relacionarse con el entorno de una forma más positiva, lo que convierte la comunicación asertiva en un elemento fundamental para el marketing y el liderazgo.
De hecho, estos 3 son buenos ejemplos de formaciones que puedes estudiar si quieres sacarle el máximo provecho a este estilo comunicativo:
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