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La motivación es un fenómeno multifacético que empuja nuestras acciones y decisiones. Y existen dos tipos principales: la motivación intrínseca y extrínseca. En este blog te contaremos qué son y en qué consiste cada uno de ellos, con ejemplos concretos para que puedas tener una idea clara de ambos. ¡Vamos allá!

¿Qué es la motivación intrínseca?

La motivación intrínseca se refiere a la que proviene del interior del individuo. Se trata del impulso que nos lleva a realizar una actividad porque encontramos placer y satisfacción en ella, no porque estemos buscando una recompensa externa. Esta clase de motivación se considera auto-sostenida, ya que el simple hecho de realizar esta actividad ya es en sí mismo la recompensa que busca.

Características de la motivación intrínseca

Existen 4 características de la motivación intrínseca:

  • Autonomía. Las personas sienten que tienen control sobre sus acciones.
  • Competencia. Las personas se sienten capaces y eficientes al realizar tareas.
  • Propósito. Las actividades se alinean con los valores y metas individuales.
  • Interés. Estas actividades son inherentemente interesantes o agradables para quien las realiza.

Ejemplos de motivación intrínseca

Para comprenderlo mejor, veamos algunos ejemplos de motivación intrínseca:

  • Ejemplo 1: aprender por placer. Un estudiante que dedica tiempo a estudiar historia no porque tenga un examen, sino porque disfruta aprendiendo sobre diferentes culturas y eventos históricos.
  • Ejemplo 2: practicar un deporte. Una persona que corre maratones no para ganar premios o reconocimientos, sino porque le gusta la sensación de correr y el desafío personal que implica mejorar su tiempo en cada carrera.
  • Ejemplo 3: arte y creatividad. Los artistas no hacen sus obras pensando en venderlas directamente, sino por el placer y la satisfacción que encuentran en el proceso creativo.

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¿Qué es la motivación extrínseca?

Por otro lado, la motivación extrínseca se refiere a la motivación que proviene de factores externos al individuo. Es el impulso para realizar una actividad con el fin de obtener una recompensa o evitar un castigo. Esta motivación depende de la presencia de incentivos externos y, a menudo, puede ser menos sostenible a largo plazo si los incentivos desaparecen.

Características de la motivación extrínseca

Este tipo de motivación se caracteriza por la presencia de recompensas tangibles como dinero, premios o trofeos, pero también para recompensas intangibles (elogios, reconocimiento, aprobación social, por ejemplo). Las personas que se mueven por motivos extrínsecos también suelen hacerlo para evitar castigos, multas o consecuencias negativas, y buscan cumplir con las expectativas de otros en lugar de las suyas propias.

Ejemplos de motivación extrínseca

Lo veremos mejor con los siguientes tres ejemplos de motivación extrínseca:

  • Ejemplo 1: incentivos monetarios. Un empleado que trabaja horas extras para recibir una bonificación adicional a final de mes. Su principal motivación es el incentivo financiero, que le proporciona un beneficio tangible.
  • Ejemplo 2: reconocimiento en el trabajo. Un trabajador que se esfuerza por completar un proyecto antes de tiempo para recibir el reconocimiento de sus superiores y un posible ascenso. La motivación principal que le empuja es el deseo de ser reconocido y avanzar en su carrera profesional.
  • Ejemplo 3: cumplir con las normas. Un conductor que respeta la zona azul para evitar multas y penalizaciones. En este caso, la motivación principal es evitar un castigo por incumplimiento.

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Diferencias entre motivación intrínseca y extrínseca

Evidentemente, ninguna es necesariamente mejor que otra, sino que muchas veces un trabajo bien hecho combina ambas motivaciones. Sin embargo, sí que hay que considerar que algunos incentivos intrínsecos pueden conseguir mejores resultados y que poner el foco en ellos es una estrategia efectiva para mejorar el ambiente y la calidad del trabajo.

En cuanto a la sostenibilidad a largo plazo, la motivación intrínseca es más sostenible porque la propia actividad genera satisfacción, mientras que la extrínseca, a la larga, termina por extinguirse debido a la falta de gratificación por la actividad en sí.

La calidad del rendimiento suele ser mejor cuando la motivación es intrínseca. Esta suele estar asociada con un mayor compromiso y la calidad en el rendimiento porque las personas están verdaderamente interesadas en la actividad.

En cuanto a la aplicación en la educación y el trabajo, la motivación extrínseca utiliza recompensas y castigos, lo que puede ser efectivo para lograr metas a corto plazo, pero contraproducente para mantener el interés y el rendimiento a la larga.

Un ejemplo combinado de motivación intrínseca y extrínseca es el de una investigadora científica que está motivada intrínsecamente por la curiosidad y el deseo por descubrir nuevas cosas, pero también extrínsecamente por la necesidad de obtener financiamiento y reconocimiento en la comunidad científica. Una deportista profesional puede amar el deporte y encontrar satisfacción en la mejora de sus habilidades, pero también estar impulsada por premios y contratos lucrativos.

Como ves, una combinación equilibrada de ambos tipos de motivación es la receta para el éxito en cualquier tipo de trabajo. Aprende cómo crear en tornos laborales óptimos y productivos con una especialización en recursos humanos.

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