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Los cánones de belleza han sido una constante en la historia de la humanidad, transformándose en el paso del tiempo y variando según el contexto cultural, social y geográfico. Dictan lo que se considera atractivo o deseable en una sociedad específica y, aunque puedan parecer superficiales, tienen un impacto profundo en la vida de las personas. Acompáñanos para entender mejor cómo influyen en la sociedad y qué cánones de belleza hay en la actualidad.

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¿Qué son los cánones de belleza?

Los cánones de belleza son un conjunto de normas, ideales o modelos estéticos que determinan lo que una sociedad considera bello o atractivo en un momento concreto. Estos estándares no son fijos, sino que están en constante cambio y se ven influenciados por la cultura, la historia, la religión y las tendencias sociales.

Desde la antigüedad, se han definido diversas formas físicas y estéticas que se consideran más atractivas que otras. En muchas culturas, la simetría del rostro, la proporción del cuerpo y la juventud son algunas de las características más valoradas. Sin embargo, no son ideales universales y varían de una zona a otra.

Un ejemplo de cánones de belleza lo encontramos en algunas culturas africanas, donde tener un cuerpo más voluminoso ha sido sinónimo de salud y riqueza. En cambio, en occidente, a lo largo del siglo XX se ha promovido la delgadez extrema como el ideal estético femenino.

Además de lo físico, los cánones de belleza también pueden abarcar elementos subjetivos. Estos son la postura, la manera de vestir o incluso la actitud de las personas. En algunos casos, la belleza está asociada a la perfección, mientras que en otro puede estar vinculada con el carácter o la expresión artística.

¿Qué generan los cánones de belleza?

En algunos casos, lo que generan los cánones de belleza puede ser un sentido de pertenencia o admiración. Sin embargo, en la mayoría de ellos, generan ansiedad, inseguridad y presión por cumplir unos estándares inalcanzables.

Uno de los impactos más directos de estos cánones es la influencia en la autoestima. Quienes no se ajustan a los ideales estéticos pueden sentirse excluidos o inferiores, lo que deriva en problemas de autoimagen y salud mental. De hecho, la obsesión por cumplir con ciertos estándares de belleza ha llevado a muchas personas a desarrollar trastornos como la anorexia, la bulimia, la dismorfia corporal, entre otros.

Las redes sociales y los medios de comunicación juegan un rol clave en la perpetuación de estos cánones. Constantemente exponen imágenes retocadas, cuerpos perfectos y rostros que han pasado por procesos quirúrgicos o filtros digitales, lo que genera una sensación de que la belleza “ideal” es alcanzable y deseable cuando, en realidad, muchas veces es pura ficción.

Los cánones de belleza influyen en la cultura. Los ideales de las culturas dominantes pueden eclipsar las tradiciones y formas estéticas de las culturas minoritarias. En muchos países, la piel clara, los ojos grandes y los cuerpos delgados son promovidos como ideales, lo que lleva a la marginalización de quienes no encajan en estos moldes.

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¿Cómo eran los cánones de belleza en la Edad Media?

Las creencias religiosas y el contexto social marcaron cómo eran los cánones de belleza en la Edad Media. El cristianismo jugó un papel decisivo a la hora de definirlos. La belleza física no se consideraba una prioridad, sino que se pensaba que la verdadera belleza era espiritual y moral.

Aun así, existían ciertas características físicas que se valoraban:

  • Piel pálida. Simbolizaba la pureza, nobleza y alejamiento del trabajo físico, que se asociaba con las clases bajas.
  • Cuerpos delgados. Se admiraban al ver la moderación en la alimentación como una virtud religiosa.
  • Cabello largo y rubio. Era un símbolo de feminidad y pureza en las mujeres.
  • Cuerpo robusto en hombres. Una apariencia viril era valorada en los hombres, que debían denotar fuerza y valentía.
  • Virtud moral y religiosa. La belleza masculina seguía los ideales caballerescos, por lo que estas características eran más importantes que la apariencia física.

¿Quién establece los cánones de belleza?

Los ideales estéticos no provienen de una única fuente. Son el resultado de influencias del arte, la religión, la política y los medios de comunicación. En el pasado, las clases gobernantes y las élites culturales tenían un papel decisivo en la definición de lo que era bello. Por ejemplo, durante el Renacimiento, artistas como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel representaban cuerpos perfectos y simétricos.

Hoy en día, pero, es más destacable la influencia de los medios de comunicación masivos. Tanto las revistas como las películas, los programas de televisión y las redes sociales son algunas fuentes que moldean los cánones de belleza contemporáneos. Los cuerpos esbeltos, las pieles perfectas y los rostros simétricos son repetidas hasta el cansancio, lo que contribuye a normalizar un tipo de belleza difícil de alcanzar para la mayoría.

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