91 005 91 27

Los patrones de conducta son comportamientos recurrentes y predecibles que una persona exhibe en diversas situaciones. Cada individuo actúa de manera diferente ante un mismo estímulo, y la psicología ha encontrados varias clasificaciones para entender cómo pensamos. ¿Quieres saber las claves de los distintos tipos de conducta? Entonces, sigue leyendo: te contamos todo lo que necesitas saber.

Estudia el máster en psicología clínica avanzada y descubre más acerca de cómo funciona nuestra mente y cómo afecta a nuestro bienestar y equilibrio.

¿Qué es un patrón de conducta?

Un patrón de conducta es una forma de adaptación al entorno y, aunque pueden ser útiles en ciertas circunstancias, también pueden llegar a ser limitantes o problemáticos si no se gestionan adecuadamente. Pueden ser conscientes o inconscientes, y se desarrollan a lo largo del tiempo a partir de experiencias, aprendizajes y condicionamientos previos.

En psicología, se estudian para comprender cómo las personas reaccionan ante distintos estímulos y situaciones. Estos patrones pueden reflejar tanto aspectos positivos, como la capacidad de afrontar el estrés, como negativos, como la tendencia a la evasión o la agresividad. Los patrones de conducta son influenciados por factores internos, como la personalidad y las emociones, y externos, como el entorno social y cultural.

Ejemplos de patrones de conducta

Los patrones de conducta pueden manifestarse de diversas formas, dependiendo de la personalidad y las circunstancias. Así, un ejemplo de patrón de conducta evitativa lo vemos en las personas que evitan situaciones que les generan ansiedad o incomodidad. En la misma línea, una persona demasiado perfeccionista está constantemente buscando la perfección, lo que conlleva procrastinación, estrés e insatisfacción.

Un ejemplo de patrón de conducta impulsiva lo encontramos en aquellas personas que actúan sin pensar en las consecuencias y toman decisiones precipitadas o arriesgadas. En otra línea, un ejemplo de patrón de conducta dependiente es el de las personas que están excesivamente ligadas a los demás y no pueden prescindir de ellos para tomar decisiones o sentirse seguras.

¿Quieres saber más? Puedes leer este blog sobre conductas disruptivas para ver más ejemplos de cómo la conducta influye en nuestro entorno.

Repercusiones emocionales de los patrones de conducta

Los patrones de conducta no solo afectan las interacciones sociales y las decisiones cotidianas, sino que también tienen un impacto significativo en la salud emocional y psicológica de las personas. En función del tipo de patrón, las repercusiones emocionales pueden variar, pero algunos efectos comunes incluyen:

  • Ansiedad y estrés. Los patrones de conducta evitativos o perfeccionistas pueden generar altos niveles de ansiedad y estrés, ya que las personas sienten que deben cumplir con expectativas poco realistas o evadir situaciones difíciles.
  • Baja autoestima. Las conductas dependientes o perfeccionistas pueden contribuir a una baja autoestima, ya que las personas sienten que no son capaces de tomar decisiones solas o que no alcanzan los estándares que se imponen.
  • Frustración y resentimiento. Estas sensaciones las encontramos en aquellos patrones de conducta marcados por la agresividad, que genera sentimientos de frustración, enojo y resentimiento, tanto en la persona que los exhibe como en aquellos que interactúan con ella.
  • Sentimientos de vacío o desconexión. La impulsividad y la evasión contribuyen a generar esta sensación de vacío o desconexión, ya que estas personas no logran establecer relaciones profundas o satisfactorias. La falta de control sobre los impulsos puede llevar a decisiones que, a largo plazo, no contribuyen al bienestar personal.

Máster en Psicología Aplicada

Cuáles son los 4 tipos de patrones de conducta

Existen diferentes enfoques, pero uno de los más comunes se basa en estos 4 tipos de patrones de conducta que describen cómo las personas tienden a responder a las situaciones y los estímulos. Estos son:

Patrón de conducta activa

El patrón de conducta activa se caracteriza por una actitud proactiva frente a los desafíos y problemas. Las personas con este patrón tienden a tomar la iniciativa, buscar soluciones y enfrentar las situaciones de manera directa. Este tipo de comportamiento es común en individuos con alta autoestima y confianza en sus habilidades. Si bien este patrón puede ser muy beneficioso en términos de logro personal y profesional, también puede llevar a la sobrecarga o al agotamiento si no se equilibran adecuadamente las responsabilidades.

Patrón de conducta reactiva

Las personas con un patrón de conducta reactiva tienden a responder a los estímulos y situaciones de manera pasiva o defensiva. En lugar de tomar la iniciativa, reaccionan ante lo que ocurre a su alrededor, y su comportamiento suele estar impulsado por las circunstancias externas. Este patrón puede ser útil en situaciones de emergencia o cuando se necesita adaptarse rápidamente a cambios inesperados, pero puede resultar limitante a largo plazo si se carece de control sobre las propias decisiones.

Para trabajar acerca de la conducta es importante conocerse a uno mismo. Descubre qué es el autoconocimiento emocional.

Patrón de conducta evitativa

Se refiere a la tendencia a esquivar situaciones que generan ansiedad, miedo o incomodidad. Las personas con este patrón pueden evitar confrontaciones, tareas difíciles o situaciones sociales, lo que les permite reducir temporalmente el estrés. Sin embargo, este patrón puede conducir a un ciclo de evasión que refuerza los miedos y limita el crecimiento personal. Las personas con este patrón pueden experimentar sentimientos de inseguridad o frustración por no enfrentar sus problemas.

Patrón de conducta agresivo

El patrón de conducta agresivo se caracteriza por la tendencia a expresar las emociones de manera hostil o dominante, ya sea de forma verbal o física. Las personas con este patrón tienden a imponer su voluntad sobre los demás y a reaccionar con ira o violencia cuando se sienten amenazadas o desafiadas. La gestión adecuada de las emociones y el aprendizaje de estrategias de resolución de conflictos son fundamentales para mitigar los efectos negativos de este patrón.

Aprende más acerca de cómo funciona nuestra mente y las claves de los patrones de conducta con nuestra formación en psicología clínica avanzada. ¡Da el siguiente paso y descubre todo lo que te aportará nuestro programa académico!

Máster en Psicología Aplicada