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Los miedos infantiles son naturales y aparecen a lo largo de las etapas de desarrollo de los pequeños. A medida que crecen, cambian y evolución según su comprensión del entorno y su percepción de lo que sucede a su alrededor. Comprenderlos es clave para entender la psicología infantil y poder abordar cualquier problema u obstáculo con éxito. ¿Nos acompañas para descubrir más?

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¿Qué son los miedos infantiles?

Los miedos infantiles son emociones naturales y adaptativas que surgen en los niños como respuesta a situaciones o estímulos que perciben como amenazantes o desconocidos. Estos miedos forman parte del desarrollo emocional y psicológico, ya que ayudan a los menores a reconocer y enfrentar peligros potenciales. Sin embargo, cuando se vuelven desproporcionados o interfieren en su vida diaria, pueden requerir atención adicional.

A medida que los niños crecen, sus miedos cambian y evolucionan según su nivel de comprensión del mundo. Por ejemplo, un bebé puede temer a los ruidos fuertes, mientras que un niño en edad escolar podría preocuparse por el rechazo social. Estos temores suelen desaparecer con el tiempo, pero es importante que los adultos ofrezcan apoyo y comprensión para que los niños puedan manejarlos adecuadamente.

¿Qué es el miedo de 2 a 6 años?

Entre los 2 y 6 años, los niños atraviesan una etapa en la que los miedos suelen ser más frecuentes e intensos. Esto se debe a su imaginación activa y a la limitada capacidad para diferenciar entre la fantasía y la realidad. Durante este periodo, es común que experimenten temores relacionados con la oscuridad, los monstruos, los ruidos extraños o la separación de sus padres.

El miedo a la oscuridad, por ejemplo, surge porque los niños no pueden ver lo que les rodea y su imaginación llena el vacío con posibles amenazas. Asimismo, el temor a los monstruos refleja su incapacidad para distinguir entre lo real y lo ficticio, especialmente después de escuchar historias o ver imágenes impactantes.

Aunque estos miedos pueden parecer irracionales desde una perspectiva adulta, son normales y forman parte del desarrollo emocional del niño. Con el tiempo y el apoyo adecuado, la mayoría de ellos desaparecen a medida que el niño adquiere mayor seguridad y comprensión del entorno.

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¿Cuáles son los miedos más comunes en niños?

Los miedos más comunes en los niños varían según la edad y etapa de desarrollo. Algunos de los más habituales incluyen:

  • Miedo a la separación. Especialmente en bebés y niños pequeños, temen estar lejos de sus padres o cuidadores.
  • Miedo a la oscuridad. Surge en la etapa preescolar y está relacionado con la imaginación activa.
  • Miedo a los extraños. Común en bebés y niños pequeños, es una reacción natural ante personas desconocidas.
  • Miedo a los animales. Como perros o insectos, puede deberse a experiencias negativas o desconocimiento.
  • Miedo a los ruidos fuertes. Como tormentas, fuegos artificiales o aspiradoras, es común en todas las edades.
  • Miedo al fracaso o al rechazo. Aparece en niños mayores y está vinculado a la presión social o escolar.

Cabe destacar que todos estos temores suelen ser temporales y se superan con el tiempo, aunque algunos pueden persistir si no se abordan adecuadamente.

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¿Cómo trabajar los miedos infantiles?

Trabajar los miedos infantiles implica comprenderlos, validarlos y proporcionar a los niños herramientas para enfrentarlos de manera efectiva. Así es cómo se trabaja el miedo en los niños:

Escuchar y validar sus emociones

Es fundamental que los niños se sientan comprendidos y aceptados cuando expresan sus temores. Ridiculizar o minimizar sus miedos puede aumentar su inseguridad y dificultar que los enfrenten. En cambio, mostrar empatía y decirles frases como “Entiendo que esto te asuste” o “Es normal sentir miedo en esta situación” les ayuda a sentirse acompañados y apoyados. Validar sus emociones no significa reforzar el miedo, sino darles espacio para expresarse sin juicio.

Fomentar la expresión emocional

Los niños a menudo tienen dificultades para verbalizar lo que sienten, especialmente cuando se trata de emociones complejas como el miedo. Animarlos a expresar sus temores a través de dibujos, juegos o incluso cuentos puede ser una manera efectiva de exteriorizarlos. Por ejemplo, crear una historia donde un personaje enfrenta un miedo similar puede permitirles identificarse y explorar posibles soluciones en un entorno seguro y creativo.

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Exponerlos gradualmente al miedo

La exposición progresiva es una técnica efectiva para ayudar a los niños a superar sus temores. En lugar de evitar por completo la situación que les asusta, se les puede ayudar a enfrentarse a ella poco a poco. Por ejemplo, si un niño tiene miedo a la oscuridad, se puede comenzar dejando una luz tenue encendida y, gradualmente, reducir su intensidad. Este enfoque les permite ganar confianza y comprobar que lo que temen no representa un peligro real.

Proporcionar información adecuada

Muchos miedos infantiles aparecen a causa del desconocimiento, o porque los pequeños tienen una comprensión errónea de la realidad. Por ello, hay que explicarles de manera sencilla y adaptada a su edad lo que les preocupa para reducir la incertidumbre y el miedo que acarrea. Por ejemplo, si un niño tiene miedo a las tormentas, se le puede explicar que el trueno es solo el sonido que produce el rayo al calentar el aire, y que estar dentro de casa es seguro. Proporcionar información clara y tranquilizadora ayuda a desmitificar los temores.

Ofrecer seguridad y apoyo

Los niños necesitan saber que cuentan con el respaldo de los adultos en quienes confían. Mostrarles que están protegidos y que siempre habrá alguien para cuidarlos les da una base de seguridad emocional. Esto puede incluir gestos simples como abrazarlos cuando tienen miedo, acompañarlos en situaciones que les generan ansiedad o recordarles que no están solos. La presencia constante y afectuosa de los cuidadores es clave para que los niños se sientan seguros y capaces de enfrentar sus temores.

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