Los vemos en la tele, vemos a los famosos que los consumen en nuestras redes, lo hemos leído en revistas y artículos… Pero, ¿Funcionan realmente los complejos vitamínicos? ¿Cuáles son sus tipos y sus ingredientes? Hoy analizamos los complementos y suplementos vitamínicos en profundidad, ¡quédate! Además, recuerda que con nosotros puedes formarte a través del curso de dietista con el que podrás ampliar tus conocimientos sobre nutrientes y alimentación sana.
Índice de contenidos
¿Qué son los complejos vitamínicos?
Los complejos vitamínicos son complementos dietéticos preparados para proporcionar ciertas vitaminas o minerales al cuerpo. En contra de lo que pueda parecer, los complejos vitamínicos son suplementos y nunca pueden considerarse “sustitutos” de otros factores como el deporte, la alimentación u otros hábitos saludables.
Generalmente, los complejos vitamínicos se usan para aportar un extra de aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas, minerales y otros nutrientes que a veces no conseguimos de manera natural a través de nuestra alimentación. Aun así, hay ciertas consideraciones que deberemos tener en cuenta antes de comprar complejos multivitamínicos.
Mitos y verdades de los complejos vitamínicos
A continuación, te contamos hechos, verdades y mitos de los suplementos vitamínicos que deberás tener en cuenta antes de consumirlos. Toma nota de todos los factores que pueden influir tanto positiva como negativamente en tu salud antes de tomar complejos vitamínicos sin supervisión médica.
¿Son realmente necesarios?
No siempre. Hay casos en los que consumir complejos vitamínicos es necesario para equilibrar ciertos niveles de estas sustancias imprescindibles para nuestro cuerpo. Sin embargo, la gran mayoría de casos de personas que muestran algún déficit de estos nutrientes, consiguen obtenerlos mediante una alimentación equilibrada y una dieta controlada.
Incompatibilidad de ingredientes
Una de las grandes verdades que no suele conocerse es que para que un complejo vitamínico sea realmente efectivo tal como nos prometen es que sus ingredientes deben ser compatibles. ¿Compatibles con qué? Te preguntarás. Pues sencillo, entre ellos. Muchos minerales y vitaminas “compiten” entre ellas para ser absorbidos y tener mejor posición en el cuerpo.
Por ejemplo, el zinc puede poner en peligro tu absorción natural de aminoácidos e hierro. O tomar magnesio puede interrumpir la absorción de calcio. Y al revés, tomar calcio puede poner en peligro tu absorción del magnesio, el hierro y el zinc. ¡Mucho cuidado con el complejo vitamínico que elijas!
Dosis “homogéneas”
Si te estás plateando consumir algún suplemento vitamínico, lo mejor que puedes hacer antes de ello es consultar con tu médico, farmacéutico o nutricionista de referencia. Y es que otro de los grandes problemas de los complejos multivitamínicos es que se toman en dosis homogéneas no personalizadas. Y, como siempre repetimos en nuestros artículos, cada persona es un mundo y su cuerpo es único e irrepetible.
Elegirlos según el propósito
Tirando del mismo hilo, cada cuerpo es único y tiene unas necesidades especificas. Por ejemplo, todos tenemos la idea de que en invierno debemos reforzar nuestra vitamina C para evitar catarros y gripes. Aun así, hay que saber elegir los complejos vitamínicos que necesitamos según muchos factores: nuestro estado de salud, estilo de vida, patologías previas o indicaciones y contraindicaciones particulares.
¿Eres deportista? Seguramente un complejo con vitamina B te ayudará a mantener tus nervios sanos. ¿Tienes problemas de tiroides? El yodo será en este caso un ingrediente imprescindible. ¿Complejos vitamínicos con cobre? ¡Sí! Para las personas que necesitan reforzar sus huesos, sus niveles de glucosa y su coagulación sanguínea. Aún así, como veis, estos complejos vitamínicos están especialmente pensados para “ayudar” con patologías médicas y deberán ser siempre controlados por estos profesionales.
Mitos publicitarios
Investigadores de la Universidad de Harvard han confirmado que hay otros mitos que debemos eliminar en cuanto a los suplementos de vitaminas y minerales. Ni son milagrosos para darnos energía y poco tienen que ver con el trabajo de nuestro cerebro. ¡Ah! Y tampoco son un producto adelgazante que te permitirá perder esos kilos de más sin pisar un gimnasio. En cambio, varios estudios científicos sí que han demostrado los beneficios de tomar suplementos vitamínicos como el ácido fólico.
La vitamina C no es milagrosa
Es cierto que tiene una importancia innegable en nuestro cuerpo y sus procesos. Sin embargo, no es milagrosa, no va a evitar que nos podamos infectar por coronavirus, ni que no podamos tener un catarro o una gripe. Sí que es cierto que tomar complejos vitamínicos con vitamina C nos puede ayudar a paliar los efectos de estas enfermedades. Aun así, controla las dosis que tomes, pues consumir más vitamina C de la cuenta puede llevarte a sufrir diarreas, vómitos y otros problemas de salud.