La preocupación por conservar o recuperar el bienestar y ser cada día más saludables es compartida por muchas personas. Los complementos alimenticios pueden ser útiles en muchos casos y son consumidos por quienes quieren lograr estos objetivos. Sin embargo, también se han creado algunos mitos en torno a ellos y queremos que los conozcas. ¿Son productos saludables? ¿Son necesarios para todas las personas? Lo hablamos todo hoy en nuestro post. Además, recuerda que en Esneca podrás especializarte con nosotros como técnico en dietética y nutrición. ¡Síguenos!
Índice de contenidos
- 1 ¿Qué dice la ciencia de la nutrición sobre los complementos alimenticios?
- 1.1 Sustituyen una dieta sana
- 1.2 Cuándo debemos recurrir a ellos
- 1.3 ¿Qué llevan? ¿Quién regula su comercialización?
- 1.4 No todos los complementos alimenticios son iguales
- 1.5 ¿Ayudan a perder peso?
- 1.6 ¿Quiénes siguen dietas especiales los necesitan?
- 1.7 El colágeno, tendencia actual
- 1.8 El daño renal es una consecuencia de consumirlos
- 1.9 ¿Las vitaminas hacen engordar?
- 1.10 Tomar mucha vitamina causa sobredosis
- 1.11 El consumo de proteínas basta para aumentar la masa muscular
- 1.12 Una dieta equilibrada es suficiente
- 1.13 Los complementos pueden curar enfermedades
- 1.14 Con los aminoácidos te recuperas mejor
¿Qué dice la ciencia de la nutrición sobre los complementos alimenticios?
Los complementos alimenticios son nutrientes en forma concentrada, que pueden contener también sustancias alimentarias que posean un efecto nutricional o una acción fisiológica. Sirven para reforzar la presencia de macro y micronutrientes en la dieta. Puedes consumirlos, siempre por vía oral, en varias presentaciones como las siguientes: tabletas, cápsulas, comprimidos, geles, jarabes y jaleas. A continuación vemos algunas afirmaciones y preguntas que podemos oír acerca de los complementos y te explicamos si son ciertas o no.
Sustituyen una dieta sana
Es importante que sepas que no son alimentos, por lo que no sustituyen a ninguno de los grupos alimenticios que deben estar presentes en una dieta equilibrada. Los nutrientes que se encuentran de forma natural en los alimentos están combinados entre sí, lo que en muchos casos facilita su absorción y potencia sus efectos positivos para tu organismo. Uno de los mitos o falsedades más difundidos acerca de los complementos es que pueden sustituir totalmente a una de las comidas diarias.
Cuándo debemos recurrir a ellos
Los complementos son muy útiles en personas con buena salud general, pero que están sometidas a demandas especiales. Entre los ejemplos más frecuentes figuran las embarazadas (siempre bajo supervisión médica), convalecientes, atletas, casos de agotamiento físico o mental, menopausia y etapas de rápido crecimiento. Quienes recurren a ellos como una solución para todos los problemas, o esperan curar alguna enfermedad están cometiendo un error. También lo hacen quienes creen que con ello evitan la necesidad de seguir una dieta sana y equilibrada. Al contrario: quienes siguen una dieta equilibrada no necesitan de complementos (siempre que gocen de una buena salud).
¿Qué llevan? ¿Quién regula su comercialización?
Los complementos contienen varios ingredientes en diferentes concentraciones y combinaciones. Entre ellos destacan los aminoácidos, vitaminas, minerales, fibra, probióticos, antioxidantes y ácidos grasos esenciales. Tanto su composición como las propiedades que les atribuyen los fabricantes están regulados estrictamente por diversas agencias de seguridad sanitaria y alimentaria europeas. Lo mismo sucede en muchos otros países del mundo.
No todos los complementos alimenticios son iguales
Aunque pueda parecerlo, no todos los complementos alimenticios son iguales. Tal como explicamos anteriormente, estos productos tienen componentes distintos y en proporciones diferentes. La mejor manera de escoger el más adecuado entre las muchas opciones es acudir a un profesional en el área de la nutrición, para que te oriente en cuanto a tus necesidades específicas. En este aspecto, es importante tener en cuenta el nivel de actividad física, el peso, la edad y la condición de salud.
¿Ayudan a perder peso?
Tampoco. Para perder peso no hay fórmulas mágicas, aunque a algunos les cueste más que a otros. La combinación de ejercicio y dieta hipocalórica, diseñada por un nutricionista, es la única manera de lograrlo. Sin embargo, la elevada concentración de fibra de algunos complementos puede producir saciedad y ayudarte a seguir este régimen dietético. Algunas dietas milagrosas prometen una pérdida de peso rápida sustituyendo comidas por complementos lo que es poco recomendable para la salud.
¿Quiénes siguen dietas especiales los necesitan?
Los veganos y otras personas que deciden seguir dietas sin carne o que no aceptan ningún producto de origen animal pueden tener ciertas carencias nutricionales. La más acentuada es la de vitamina B12, por lo que se necesitan las recomendaciones de un nutricionista para tomar los complementos más adecuados y suplirla.
El colágeno, tendencia actual
El colágeno es un componente muy importante de la piel, del esqueleto y de muchos otros órganos humanos. Después de los 25 años de edad su producción natural en el organismo comienza a decaer y los complementos pueden ayudarnos a mantener unos buenos niveles de colágeno.
El daño renal es una consecuencia de consumirlos
El metabolismo de las proteínas produce una molécula llamada amonio, que es excretado por el riñón en forma de urea y a través de la orina. Si tu función renal es normal y el aporte proteico no es desmesurado, el riesgo de daño es menor. Sin embargo, algunos estudios apuntan a que ciertos complementos alimenticios podrían comportar serios riesgos para nuestros riñones.
¿Las vitaminas hacen engordar?
No es cierto, ya que estas sustancias son necesarias para muchas funciones metabólicas, pero su contenido energético es nulo. Su consumo en forma de complementos no suele aportar calorías extra.
Tomar mucha vitamina causa sobredosis
Esto es relativamente cierto. En general, el organismo absorbe y utiliza las que necesita, mientras descarta el resto a través del hígado o del riñón. Así pues, por ejemplo, es un hecho que la vitamina B6 en altas concentraciones puede lesionar el sistema nervioso. El consumo elevado de vitamina A podría lesionar el metabolismo hepático y causar malformaciones en fetos. La vitamina C en grandes cantidades lesionaría los tejidos y causa diarrea. Aunque el exceso de vitaminas es peligroso en estos y otros casos, no es fácil alcanzar estas dosis peligrosas exclusivamente con los complementos.
El consumo de proteínas basta para aumentar la masa muscular
Es otra idea equivocada. Las proteínas son indispensables para construir tejido muscular y lograr que los músculos aumenten su tono, fuerza y volumen. El aporte nutricional, pero, no basta para conseguirlo, hacen falta también una rutina de ejercicios adaptada y, en caso de recomendarlo un sanitario o médico, complementos.
Una dieta equilibrada es suficiente
En teoría, esto es cierto. En la realidad, sin embargo, vemos que las modas con ciertos alimentos y la comida rápida afectan la calidad de la dieta. De la misma manera, el estrés metabólico, el estilo de vida y la contaminación pueden someterte a demandas especiales. Por esa razón, son necesarios los complementos en muchos casos.
Los complementos pueden curar enfermedades
Uno de los mitos en torno a estos productos es que curan la colitis, la migraña o muchas otras afecciones crónicas. Es un concepto muy equivocado, aunque el hecho de que vengan en tabletas o cápsulas te pueda hacer pensar lo contrario. Los complementos no tienen ningún efecto terapéutico y el fabricante que afirme lo contrario está incumpliendo la ley.
Con los aminoácidos te recuperas mejor
Otra idea muy generalizada es que después de un esfuerzo físico hay que tomar complementos con aminoácidos. Si bien eso es cierto, también vas a necesitar carbohidratos, vitaminas y minerales.
Los complementos alimenticios bien utilizados son una forma muy efectiva de mejorar tu dieta y mantener tu salud. Sin embargo, debes tener siempre presente que no son una panacea. Los hábitos saludables y la alimentación equilibrada son siempre lo más importante.