¿Dejar de fumar sin engordar es posible?

Sí, puedes dejar de fumar sin engordar. Muchas veces los fumadores tienen miedo a dejar este mal hábito por los kilos de más que pueda conllevar. Sin embargo, los beneficios son mucho mayores y empiezan a notarse apenas unas horas después de apagar el cigarrillo. Hoy te contamos cómo dejar de fumar sin engordar y los mejores consejos para adelgazar después de dejarlo.

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Beneficios de dejar de fumar

Aunque te preocupe dejar de fumar sin engordar, no debes dejar de lado la importancia y el impacto positivo que tendrá sobre tu salud. Los principales beneficios de dejar el tabaco son:

• 12 horas después. La nicotina que circula por la sangre desaparece y los niveles de monóxido de carbono se normalizan.
• 3 días después. Se regulariza la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, pero seguimos con el síndrome de abstinencia y puede que no podamos concentrarnos.
• 2 semanas. La tos desaparece y con ella también lo hacen los cuadros de asfixia. Se reducen los niveles de ansiedad.
• 8 semanas. Las funciones de los cilios regresan y ya pueden impedir la entrada de gérmenes en el organismo.
• 6 meses. Se han superado los momentos más críticos y las funciones respiratorias y circulatorias vuelven a ser normales.
• 5 años. Se reduce a la mitad el riesgo de padecer una enfermedad coronaria.
• 6 años. Disminuye hasta la mitad el riesgo de padecer cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga.
• 10 años. El riesgo de cáncer de pulmón es la mitad del que tenía cuando era fumador. Se reduce mucho el riesgo de cáncer de páncreas y laringe.
• 15 años. La persona se sentirá como si no hubiera sido fumadora y el riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca será el mismo que las personas que no han fumado nunca.

¿Por qué se engorda al dejar de fumar?

La nicotina afecta a muchos niveles, tanto en el sistema nervioso como el cardiovascular y digestivo. Esto hace que al dejar de fumar engordes aunque no comas. ¿Por qué? Pues estas son las razones por las que engordas cuando dejas el tabaco:

• El tabaco actúa como estimulante y nos mantiene alerta. Esto hace que el metabolismo basal aumente, así como la temperatura, y el fumador queme 200 kilocalorías más que el no fumador.
• Produce alteraciones en el sistema digestivo. Las más destacadas son el aumento de jugos gástricos y la disminución de los movimientos musculares. También reduce las secreciones de la vesícula biliar para emulsionar grasas, algo que deriva en una menor absorción de los alimentos.
• Reduce la capacidad olfativa y gustativa. El tabaco bloquea los receptores de la nariz y del paladar, así que los alimentos y la comida en general son mucho menos atractivos para los fumadores, que comen sin ganas.
• El tabaco activa los receptores del placer. La nicotina en el cerebro aumenta la sensación de saciedad y placer. Cuando la persona lo intenta dejar, se produce el síndrome de abstinencia y en muchas ocasiones se tiende a sustituir el cigarrillo por comida para intentar obtener los niveles de placer que nos daba la nicotina.

Por estos motivos, dejar de fumar engorda aunque no comas. Muchos estudios han concluido que, de media, los kilos que se puede engordar al dejar de fumar están entre los 3 y los 5, en función de cada persona y metabolismo. Estos kilos de más suelen ir asociados principalmente a las comidas por ansiedad o sustitutivas del tabaco. Los kilos de dejar de fumar se empiezan a perder a partir de los seis meses, cuando la ganancia se estabiliza y al incorporar hábitos de vida saludables.

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¿Cómo dejar de fumar sin engordar?

Entonces, ¿cómo puedo dejar de fumar sin engordar? Existen muchas estrategias y métodos que pueden ayudarte en el proceso, pero lo más importante de todo es llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio. Estos son los dos pilares que te permitirán dejar el tabaco sin ganar peso.

Para ello, puedes seguir estos consejos para dejar de fumar sin engordar:

1. Aumenta el ejercicio. Opta por realizar paseos, apuntarte a un gimnasio, salir a correr o cambiar pequeños hábitos en tu día a día para tener una rutina más activa. Cada persona debe encontrar el ejercicio que encaja mejor con su estilo de vida.
2. Búscate un cómplice. Encuentra a una persona que tenga el mismo objetivo que tú y apoyaos mutuamente en el proceso. Contar con alguien que comparte tus mismas metas te ayudará a seguir unas rutinas y hábitos adecuados.
3. Distrae tu mente. Practica un nuevo hobbie, busca algún tipo de manualidad o actividad que sustituya al cigarrillo. Muchos fumadores no saben qué hacer con sus manos; puedes aficionarte al crochet o a otra actividad que te guste y que te permita calmar este vacío.
4. Infórmate. Busca libros, manuales, documentales o cualquier otro contenido que te ayude a entender cómo funciona nuestra cuerpo al dejar de fumar y la alimentación más indicada para adoptar un estilo de vida más sano. Algunos ex fumadores señalan que haber realizado una formación específica en nutrición les ha ayudado a mantenerse en forma y plantarle cara a la ansiedad por el síndrome de abstinencia.
5. Prémiate. Márcate metas y celébralas. Esto es fundamental para poder mantener la motivación y no perder los ánimos a pesar de la ansiedad que nos produce este proceso. Eso sí; ¡no te premies con comida basura!

¿Qué comer para la ansiedad de dejar de fumar?

Es muy importante no sustituir el tabaco por comida. Cuando dejamos de fumar sentimos la ansiedad característica del síndrome de abstinencia, pero debemos ser conscientes de ello para evitar comer emocionalmente.

Estos son los alimentos que comer para la ansiedad de dejar de fumar:

1. Consume carbohidratos con fibra. El cuerpo nos va a pedir azúcar para sustituir el tabaco, pero no debemos ceder. Una forma de satisfacer esta necesidad sin optar por comida ultra procesada es escoger el pan y el arroz integral.
2. Come fruta. Esta es la manera más saludable y satisfactoria de darle al cerebro lo que quiere: azúcar. Es importante que la comas entera y con pulpa en lugar de beber la fruta en zumo. El motivo es consumir fibra vegetal para reducir la entrada de azúcar en sangre.
3. Bebe mucho líquido. Puedes optar por agua o infusiones de hierbas que te ayudarán a mantener la sensación de saciedad y a hidratar las mucosas. Además, sus efectos diuréticos le vendrán muy bien a tus riñones.
4. Elimina la comida basura de tu dieta. Cero refrescos, dulces, pasteles, patatas fritas… además de hacerte engordar, van a poner en peligro tu salud.
5. Reduce el consumo de café o té. Estas bebidas estimulantes generan cortisol, la molécula del estrés. Esto provoca mayor ansiedad y necesidad de fumar, lo que provoca que muchas veces se sustituya el cigarrillo por la comida.

Cómo dejar de fumar sin ansiedad

Cuando dejamos el hábito del tabaco nuestro cuerpo reacciona con el síndrome de abstinencia y eso nos produce ansiedad. No obstante, es posible combatirla y hay varios métodos que pueden ayudarnos a calmar los nervios y el estrés que nos genera la ausencia de nicotina en nuestro cuerpo.

Para ello, podemos recurrir a la meditación. Esta disciplina está específicamente diseñada para ayudarnos a calmar el estrés y reducir los niveles de ansiedad, algo clave cuando estamos atravesando el ‘mono’. Dentro de la meditación podemos recurrir al mindfulness o la meditación guiada; hay muchas técnicas distintas que nos serán de ayuda.

Otra técnica para dejar de fumar sin ansiedad es practicar ejercicios de respiración: respira hondo por la nariz y exhala por la boca 10 veces. ¡Ya verás como las ganas de fumar desaparecen!

Y, si lo que nos inquieta es no tener nada qué hacer antes de ir a dormir o mientras vemos una serie, podemos sustituir esos momentos de cigarrillo por un té o una infusión. También podemos aficionarnos a nuevos hábitos que mantengan nuestras manos ocupadas, como pintar mandalas, hacer crochet o dibujar.

3 cursos para ayudarte a dejar de fumar sin engordar

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