Aunque es un término cada vez más usado, muchas personas tienen dudas acerca de la ecoansiedad: qué es, cómo nos afecta o qué podemos hacer para remediarlas son las más habituales. De hecho, hay muchas personas que sufren de ecoansiedad sin saberlo. A continuación resolvemos las dudas más habituales entorno a este concepto y cómo gestionar la salud mental entorno a los efectos del cambio climático.
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Definición de ecoansiedad: ¿qué es?
Según la Asociación Americana de Psicología, la definición de ecoansiedad es el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental. Esto produce una gran preocupación acerca del propio futuro y el de las siguientes generaciones. Debido a ello, la ansiedad climática es un mal que afecta principalmente a los jóvenes de entre 15 y 25 años, destaca un estudio realizado por la OMS.
¿Por qué afecta sobre todo a los más jóvenes? Estas son las conclusiones a las que ha llegado un informe de The Lancet en el que participaron 10.000 personas de entre 6 y 25 años de 10 países diferentes:
- El 59% de los encuestados afirma encontrarse muy o extremadamente preocupado ante el calentamiento global.
- Más de la mitad siente tristeza, enfado, culpa, impotencia, ansiedad o indefensión ante el cambio climático.
- Más de un 45% afirma que estos sentimientos afectan a su día a día.
El estudio también destaca la falta de acción de representantes políticos y del mundo adulto ante esta situación, algo que provoca una sensación de traición y abandono por parte de las instituciones.
Pero, ¿cómo podemos saber si nos afecta la ansiedad climática?
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Síntomas de la ansiedad climática
Para entender cómo afecta el cambio climático a las emociones debemos atender a los síntomas que provoca. Algunas personas experimentan más de uno de los siguientes:
- Episodios de ansiedad y estrés.
- Preocupación excesiva ante noticias relacionadas con el cambio climático.
- Insomnio y/o alteraciones del sueño.
- Nervios.
- Tristeza.
- Preocupación por el futuro.
- Sentimientos de impotencia, enfado, rabia, miedo e indignación.
- Poco o ningún interés por tener hijos por motivos relacionados con el medio ambiente.
De hecho, un estudio de Pos Climate realizado por investigadores de la University College de Londres destaca que la ecoansiedad se relaciona con una baja natalidad. Los jóvenes más preocupados acerca de este asunto suelen tener actitudes menos positivas hacia la reproducción y el deseo de tener hijos, llegando a no querer, directamente, ninguno.
Los sentimientos de miedo, tristeza e indignación son los más frecuentes en la ecoansiedad, por lo que la psicología puede ser de gran ayuda a la hora de afrontarla.
Cómo tratar la ecoansiedad en psicología
Igual que sucede con otros trastornos de ansiedad, el miedo que provoca el cambio climático puede minimizarse buscando una parte positiva. Cuesta encontrar la parte buena en el calentamiento global, pero sí es posible aumentar el compromiso personal ante esta lucha. Para conseguirlo, se trabaja la regulación emocional y se desarrolla la resiliencia en terapia para afrontar las adversidades de manera más asertiva.
Algunas pautas contra la ecoansiedad que han demostrado ser efectivas son:
- Educación. Formarse en el ámbito del cambio climático y sus efectos ayuda a conocer mejor este miedo y abordarlo desde una perspectiva diferente. Además, se obtienen más habilidades en esta área y es más posible concienciar a los demás sobre la problemática.
- Consumo responsable. Apostar por los productos de proximidad y ecológicos, o fomentar el reciclaje para salvaguardar el medio ambiente son algunas prácticas diarias que ayudan a gestionar la ansiedad por el cambio climático.
- Actividades sostenibles. Montar un huerto urbano, participar en talleres formativos, ayudar a los ecossitemas afectados o hacer plogging (la práctica de salir a correr y recoger plásticos) pueden ayudar a la persona a sentirse más conectada con el medio ambiente y con su compromiso por cuidarlo.
- Movilidad sostenible. Tanto en el área de los transportes como en la alimentación, apostar siempre por lo sostenible contribuirá a mejorar la salud del planeta… y la tuya.
- Pequeñas acciones. Evitar el despilfarro de agua, no tirar cosas al suelo o evitar comprar productos con plástico pueden ser pequeños pasos para ayudar al medio ambiente.
La introducción de estos nuevos hábitos combinada con una terapia enfocada a gestionar la ansiedad y el estrés permiten abordar la ecoansiedad en psicología de manera efectiva.
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