Si habéis llegado hasta aquí es que, muy probablemente, alguna vez habréis oído algo sobre la disciplina o educación positiva. Si no es así, tranquilos, ahora veremos más detalladamente en qué consiste y cómo puede aplicarse en la educación de los más pequeños. Si ya sabes qué es, quédate también, te damos algunas ideas que probablemente no tenías en mente. ¿Te apasionan los niños y quieres ampliar tus conocimientos sobre la infancia? No pierdas la oportunidad de estudiar psicología infantil con nosotros. Descubre nuestra doble titulación de Máster en Psicología Infantil + Máster en Coaching y en Inteligencia Emocional.
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¿Qué es la disciplina positiva?
La disciplina positiva, o la educación positiva, es una metodología educativa que puede ser impartida por padres, educadores o tutores. Su misión principal es dejar de educar en base a prohibiciones y mensajes negativos. Su objetivo e que los pequeños obtengan herramientas para convertirse en seres responsables, respetuosos y amables con lo que les rodea.
La educación positiva cree que un niño que crece con educación positiva se convertirá en un adulto con más capacidad de llevar una vida plena. Sin embargo, ¿Cómo aplicar la educación positiva? A continuación te damos algunos consejos e ideas, ¡veamos!
Consejos para aplicar la educación positiva
1-. Paciencia y acompañamiento
Uno de los puntos básicos desde los que deberás partir si quieres aplicar la educación positiva en cualquier ámbito es este. Ármate de paciencia y empieza a trabajar tu papel como acompañante. Esta disciplina necesita de personas adultas comprometidas con la educación en todas sus facetas. Así, ten siempre presente que deberás realizar un esfuerzo constante.
Puedes empezar a mentalizarte tú mismo de que deberás aplicar un reseteo también en tu manera de ver las cosas. No te preocupes si cuando el pequeño comete un error lo primero que se te ocurre es reñirle. Date cuenta de tu reacción involuntaria y trabaja mentalmente en cambiar estos detalles. Convierte tu mente en tu mayor herramienta de educación positiva y apunta las siguientes ideas.
2-. Las personas son buenas
Es cierto que a lo largo de la vida nos encontramos con personas que nos marcan positiva o negativamente. Sin embargo, la disciplina positiva entiende que las personas son buenas. En todo caso, lo malo son sus acciones. Por eso, si el pequeño comete un error o equivocación, evita reñirle en público. Señálale que su acción no ha sido del todo acertada, pero no le lances la famosa acusación “esto es de niños malos”.
En este sentido, también deberás tener en cuenta un punto básico para su crecimiento personal. La empatía es una herramienta fundamental en la educación en positivo. Por ello, aplícala e intenta entender cómo un niño entiende el mundo que le rodea y trabaja a partir de estas ideas. Analiza qué le motiva, qué le produce miedo o qué le frena y enfoca su educación hacia estos puntos.
3-. Educación en positivo y autonomía
Para fomentar la educación en positivo debemos eliminar todos los “noes” y prohibiciones que empleamos en la vida diaria sin siquiera pensarlo. Es decir,, intenta que tus palabras no se conviertan en órdenes, sino en sugerencias. ¿Qué te parece jugar a pintar en vez de usar la vídeoconsola? sería una opción mejor al “No juegues con la vídeoconsola otra vez”.
Asimismo, en este sentido, evita los castigos. Aunque pueden parecer útiles, su funcionalidad no es efímera. Enséñale al niño o niña que su acción no ha sido acertada y muéstrale una acción alternativa. Motívale a evitar esos errores.
4-. Fomentar la autoestima en niños
Para la educación positiva es fundamental que los niños y niñas se abastezcan de autoestima. Busca ejercicios para fomentarla e intenta transmitirle una sensación de confianza y de autosuperación. Poor ejemplo, aprovecha sus errores y transfórmalos en oportunidades para aprender. Busca soluciones a sus errores y fomenta el pensamiento crítico propio ante sus problemas.
Educándole en la confianza y la empatía, el pequeño obtendrá herramientas que a medio y largo plazo le permitirán desarrollarse y crecer personalmente.
5-. Rutinas y orden
Otro punto que puedes llevar a cabo fácilmente es este. Ayuda al niño o niña a crear una rutina y a cumplirla. Los niños necesitan anticiparse, ser conscientes que los lunes toca ir a la escuela, que los martes los recoge la abuela o que antes de cenar toca la hora del baño. Esta es una manera de generar una predisposición a seguir una rutina y sentirla como un punto de bienestar. Sin embargo, recuerda que a lo largo de la infancia, los pequeños adquieren tantos conocimientos que se pueden sentir contrariados. Conseguir que tengan un equilibrio emocional es básico para la educación en positivo. En ese sentido, crea un espacio para el pequeño en el que sepa y pueda relajarse a gusto. Todo ello contribuirá positivamente a su crecimiento personal a corto y medio plazo.