Escribir para sanar, o escritura terapéutica, es una técnica de exteriorización. Se utiliza con frecuencia en la psicología y la medicina con el objetivo de articular ideas, emociones o sentimientos. Es decir, que no existe el objetivo de publicar ni una ambición literaria, sino simplemente conocerse a uno mismo y dejar fluir el pensamiento. ¿Quieres conocer cómo funciona y qué beneficios te aportará practicarla?
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¿Por qué escribir es terapéutico?
Escribir es una potente herramienta para la expresión y para afrontar emociones. Gracias a este arte podemos conocernos mejor y acelerar la recuperación del malestar propios de la depresión y la ansiedad. Escribir para sanar es una opción que se contempla a menudo en terapias de psicología.
Los beneficios de escribir a mano son muchos en cuanto a su percepción terapéutica:
- Equilibramos el lenguaje interno de forma organizada.
- Desbloqueamos alguna experiencia o emoción negativa.
- Facilita la expresión de sentimientos de forma clara sin juzgar.
- Al leerlo se pueden relativizar los pensamientos negativos.
- Podemos ser más conscientes de cómo nos sentimos ante lo que sucede y cómo percibimos el mundo.
- Podemos canalizar lo vivido y no sobrealimentar las emociones negativas.
- Se reduce la sensación de ansiedad al ver las ideas ordenadas.
- Mejora el estado de ánimo.
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Cómo empezar a escribir para sanar
Si quieres empezar a escribir para sanar lo primero que deberás hacer es conseguir dos cosas básicas: el material y el tiempo. Establece un rato cada día exclusivamente para ti y tus pensamientos, con el objetivo de dejarlos fluir sin interrupciones. Esto es fundamental si quieres aprender cómo escribir para liberar emociones, puesto que las distracciones no dejarán salir tus pensamientos con la misma libertad con la que lo harían en otras circunstancias.
Entre el material para la escritura terapéutica que debes tener es un bolígrafo, un cuaderno que nos gustes y un temporizador, aunque podemos utilizar nuestro teléfono. Una vez has organizado tu espacio y has encontrado tiempo, es hora de aprender cómo usar la escritura como terapia. A continuación, te detallamos algunos ejercicios que puedes poner en práctica.
Escribir para sanar: ejercicios de escritura terapéutica
Estos son algunos ejercicios de escritura terapéutica para sacar aquellos pensamientos y sentimientos para plasmar en papel:
Sácalo de ti
Este ejercicio es el más rápido y efectivo a la hora de comprender y entender las emociones que nos desbordan. Para ello, seguiremos estos 3 pasos:
- Escribir lo primero que se nos pase por la cabeza, sin borrar, tachar ni juzgar. Hay que vaciar todas las emociones negativas.
- Quema o corta en trocitos el papel como un acto simbólico para representar que se sueltan las emociones.
- En otra hoja, escribe los sentimientos que te gustaría sentir y cómo te gustaría que fuera la situación en ese momento. Esta hoja no es necesario romperla.
Escribe cartas
Escribir cartas es un método de escritura terapéutica hartamente conocido. En función de lo que necesitemos, podemos escribir cartas de desahogo, para hacer las paces… También puedes hacer cartas a tu yo del pasado, mostrándole el cariño, el agradecimiento, el perdón, el orgullo y el apoyo que necesitas para superar traumas de la infancia.
Reconstrucción de recuerdos
Revive alguna anécdota de tu vida que quieras recordar de un modo amable. Esta puede ser una anécdota de la infancia, de la adolescencia, de la juventud e incluso del presente, si así lo sientes. Se recomienda que para relatar este episodio de nuestra vida lo hagamos en tercera persona y hacer que el protagonista sea diferente a nosotros, es decir, no situarnos a nosotros mismos como protagonistas.
Y, si no saber cómo enfocarlo y quieres recordar la experiencia tal cual fue, intenta hacerlo desde otro punto de vista. A lo mejor esto te permitirá entender mejor las reacciones de los demás y darte cuenta de detalles que no tuviste en cuenta.
La vida que quieres
Se trata de un ejercicio de PNL (programación neurolingüística) que busca programar la mente para poder crear una realidad como si fuera una especie de profecía autocumplida. Para ello, puedes:
- Escribir la vida que quieres en un folio en blanco, detallando tu trabajo ideal, la pareja de tus sueños, la casa que quieres, la salud, los logros profesionales… Cuanto más nivel de detalle, mejor.
- Escribe en presente, como si ya estuvieras viviéndolo.
- Busca ejemplos reales de este ejercicio.
Diario de gratitud
Consiste en escribir una lista de cosas positivas que han pasado durante el día que te han sacado una sonrisa y te han hecho sentir bien. Esto contribuye a poner el foco en lo positivo y darse cuenta de las cosas que ocurren a nuestro alrededor y normalmente no les prestamos suficiente atención.
Escritura automática
Este ejercicio puede ser tanto para la escritura terapéutica como para la literaria. Consiste en poner el temporizador en 15 minutos y escribir absolutamente todo lo que surja de nuestra mente, todo el hilo, sin juzgar, sin borrar, sin pausar. Incluso sin sentido; tal cual aparece en nuestro interior.
Estos ejercicios ayudan a reducir el estrés y mejoran las habilidades de gestión emocional. Se trata sólo de la punta del iceberg: conoce más sobre las técnicas y métodos para alcanzar el bienestar emocional con el máster en psicología holística y coaching.
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