La mayoría de los fracasos dentro del ámbito de los negocios se deben a una mala gestión empresarial. Debido a las nuevas tecnologías, las empresas se ven obligadas a innovar constantemente, sin perder la esencia de su marca. Por ello es necesario conocer en profundidad las ventajas que puede llegar a aportarnos una buena gestión empresarial para implementarla lo antes posible y seguir cosechando éxitos. Descubre a continuación todo lo relacionado con la gestión empresarial y recuerda que puedes estudiar un MBA con nosotros para formarte profesionalmente.
Índice de contenidos
¿Qué es la gestión empresarial?
El concepto de gestión empresarial ha evolucionado con el paso de los años. Actualmente se entiende por gestión empresarial aquella actividad orientada a mejorar la competitividad y productividad del negocio. Esto supone asumir la organización, administración y el funcionamiento de una empresa.
Una mala gestión empresarial puede acabar con la productividad y las ventas de la empresa, por ello es importante tener claro que la gestión es necesaria desde el inicio.
La gestión empresarial es un trabajo continuo y permanente que requiere de profesionales preparados y dispuestos a innovar continuamente en su forma de hacer negocios.
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¿Para qué sirve la gestión empresarial?
Principalmente sus funciones se basan en los siguientes pilares:
- Organización: se trata de la asignación y coordinación de las diferentes tareas que se tiene que llevar a cabo en la empresa, definiendo quién, cómo y cuándo se van a ejecutar. Es la función que más caracteriza a la gestión empresarial ya que implica establecer unos objetivos determinados que te llevan a priorizar tareas. A medida que la empresa crece, es esencial elegir adecuadamente quién va a hacerse cargo de ciertas funciones, ya que una mala gestión de organización puede llevar a una empresa a la crisis.
- Planificación: consistente en fijar y programar las metas y objetivos de la empresa a nivel estratégico. No basta con saber lo que se quiere o se debe hacer, sino hay que ponerle fecha concreta.
- Personal: el personal que trabaja y forma una empresa son la parte más esencial de la misma. Un buen clima de trabajo y la relación entre las personas que forman un departamento, son decisivos a la hora de que los trabajadores sean eficientes.
- Controlar: se trata de supervisar y analizar el trabajo para poder saber qué fortalezas y debilidades posee la compañía. La forma principal de conseguirlo es estableciendo controles que puedan ser medidos, como por ejemplo los controles de comportamiento, las horas de trabajo, los estándares de calidad, etc.
- Dirigir: esta función está relacionada con la figura de los líderes o ejecutivos de la empresa. El objetivo principal es conseguir motivar e impulsar a los distintos miembros de la organización para que desarrollen las funciones asignadas de la mejor manera posible.
Cómo gestionar una empresa
Lo primero de todo es que debemos entender que, trabajando de una manera unificada y creando una conexión entre sistemas y trabajadores, estaremos aportando una mayor efectividad al negocio. Para ello se deben seguir los siguientes pasos:
1. Contar con la aprobación de los directivos de la empresa. Es necesario para proceder a la implementación del Sistema Integrado de Gestión Empresarial, un proyecto que necesitará una importante dotación de recursos tanto humanos, financieros y técnicos.
2. Realizar una investigación en profundidad de los sistemas de gestión. La empresa debe consultarlos para comparar los resultados con aquellos que se van a implantar de nuevo.
3. Efectuar un diagnóstico oportuno. Hay que comprobar si el sistema actual es capaz de soportar la implementación del sistema de gestión. También de deben definir las estrategias a seguir para que la nueva implantación tenga un menor impacto en nuestra organización.
4. Elaborar un plan para la implementación. Lo lleva a cabo el mismo equipo encargado de elaborar el diagnóstico. Debe incluir detalladamente los pasos que se van a seguir, así como los recursos que se tienen que asignar.
5. Aprobación del plan de implementación por los Directivos de la empresa. Una vez elaborado el plan se debe superar la fase de aprobación ya que el plan se debe realizar tanto a nivel tanto estratégico como táctico y operativo.
6. Divulgar el contenido. Los directivos serán los encargados de difundir al resto de los miembros de la empresa cuáles serán sus responsabilidades, actividades y tareas, así como los procedimientos que deben seguir para llevar a cabo la implementación del sistema de gestión.
7. Implementar el plan. El último pasos para integrar el sistemas de gestión consiste en llevar a la práctica todo lo detallado en el plan elaborado anteriormente. Esta fase requiere un seguimiento para controlar las actividades que se desvíen del programa y poder tomar las acciones oportunas.
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Beneficios de la gestión empresarial
Algunos beneficios que la gestión empresarial puede ofrecer a tu negocio son los siguientes:
- Te permite administrar integralmente la compañía. Conseguirás gestionar un proyecto desde su planeación hasta que llega al cliente final, pasando por todos los procesos de producción, logística y publicidad. Esto facilita intervenir en el momento oportuno en caso de que haya algún problema.
- Te ayuda a mejorar la eficiencia de cada proceso.
- Integra a todo tu equipo de trabajo. Cada empleado tendrá asignado un nivel del acceso al sistema, en donde se definirán sus acciones y objetivos, facilitando su eficiencia y mejorando la productividad.
- Ofrece datos de acceso y análisis en tiempo real, lo que permite mejoras en la toma de decisiones.
- Te ayudará a mejorar la comunicación interna de la empresa ya que obtendrás datos relativos a todos los departamentos que conforman tu negocio. Esto facilita la comunicación entre los departamentos volviéndolos más eficientes.
Antecedentes de la gestión empresarial: origen
Las primeras empresas de las que se tiene constancia se remontan a la época sumeria. En algunos clasos, incluso en el antiguo Egipto por la construcción de las pirámides. No obstante, durante siglos la forma de gestionar los recursos de una empresa ha sido muy rudimentaria. No fue hasta la primera década del siglo XX en el que empezaron a ponerse en práctica algunas teorías innovadoras en gestión empresarial.
Hablamos de las teorías de Taylor sobre la especialización de los trabajadores. Esta concepción del trabajo mecánico y en cadena facilitó la puesta en marcha de fábricas como la Ford, y también surgió la idea de que la formación de los trabajadores era fundamental para mejorar su productividad.
A lo largo del siglo XX, la concepción del trabajo y de la gestión de las empresas varió de acuerdo con las nuevas teorías y los métodos revolucionarios. Estos se adaptaron a los tiempos como, por ejemplo, el uso de la publicidad y el desarrollo del marketing como disciplina. Las mejoras tecnológicas y el aumento de los medios como herramienta externa trajeron consigo nuevas corrientes y disciplinas, así como nuevas formas de concebir al trabajador. Así se creó, entre otros, el área de recursos humanos.
A día de hoy, la administración de empresas es una ciencia social que se estudia en universidades de todo el mundo y escuelas de negocios. Las nuevas corrientes adaptadas a la sociedad 2.0 ponen de manifiesto que el origen de la gestión empresarial poco o nada tiene qué ver con cómo es en la actualidad.
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