Cuando ves que bajan las temperaturas, parece que tu voluntad también baja. Lo sabemos porque no solo te pasa a ti, ¡nos pasa a todos! Pero la diferencia entre una persona bien entrenada y otra que no lo está es la constancia. Mientras algunos abandonan a la primera de cambio, otros resisten las inclemencias del tiempo, resfriados incluidos. Vamos a ver en este artículo como mantener el plan de entrenamiento también en invierno. Si te apasiona el ámbito del deporte, no te pierdas nuestro curso de entrenador personal y sigue leyendo.
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Dificultades que nos encontramos para entrenar en invierno
Hay varios elementos que pueden hacernos bajar la guardia. Si no los controlamos pueden hacernos echar a perder todo lo conseguido. ¡Presta atención a ellos!
El clima
Una de las primeras dificultades es el clima, como es obvio. La bajada de temperaturas hace muy poco apetecible salir a la calle. Ya sea tu entrenamiento al aire libre o tengas que desplazarte a un gimnasio, es el primer escollo a salvar. Si a la temperatura le unimos la lluvia, la niebla o la nieve, el panorama puede ser desolador. No te desanimes, entrenar con este clima te hará más fuerte. Te sentirás orgulloso de ti mismo por seguir tu plan de entrenamiento.
El ánimo
La bajada de ánimo es otro problema añadido, aunque esté directamente relacionado con el clima. Cuando se reducen las horas de sol y aumentan los días nublados, nuestro ánimo se resiente. Es muy fácil no tener ánimo para hacer actividades cansadas. Te comprendemos, pero hay que hacerse cargo del ánimo.
Los parones
Los parones son otro problema. Además, hay dos tipos de parones que no son nada bien recibidos en el deporte en invierno. Por un lado, si practicas deporte al aire libre, te enfriarás más si te paras a saludar a alguien o en un semáforo. Por otro lado, los días festivos en octubre, noviembre y, en especial, en diciembre y enero, con las comilonas, no ayudan. Es muy fácil decir “bueno, ya para lo que queda, retomo cuando llegue el buen tiempo”. Mal, muy mal.
Beneficios de seguir tu plan de entrenamiento en invierno
Pese a lo mal que pintan las trabas a superar, merecerá la pena seguir tu plan de entrenamiento en invierno. Te contamos por qué.
Mantener la forma física
El primer beneficio es el de no tener que parar y volver a empezar con el buen tiempo. ¡Con lo que cuesta ganar forma física y lo rápido que se pierde! Si paras con el frío y vuelves con el buen tiempo, no estarás en la misma forma física que cuando paraste. Habrás perdido musculatura y el hábito. Es mucho esfuerzo y no puedes permitirte perder lo ganado.
Hacer frente a las enfermedades
Gracias a tu plan de entrenamiento, tu salud se mantendrá en la misma línea. Estarás trabajando para tener un sistema inmunitario fuerte y resistirás mejor las enfermedades en invierno.
Mejorar el ánimo y la autoestima
Contrarrestarás la bajada de ánimo que trae el descenso de horas de sol, ya que el deporte te ayuda a liberar endorfinas. Además, el hecho de superarte a ti mismo y todas tus excusas te hará sentirte genial. Sentirás que puedes con todo y esto no se limita al deporte. Es una mejora de tu autoestima que se extiende a tu vida en general. Puedes ver el ejemplo contrario: cuando abandonas una actividad te sientes peor. Te sientes incapaz o poco comprometido y tu visión de ti mismo empeora. ¡Tienes la posibilidad de evitar este mal panorama!
Trucos para mantener el ritmo de entrenamiento
Esperamos ayudarte con estos trucos a seguir dándolo todo en invierno.
Descanso en el deporte
A pesar de todo lo que te hemos dicho, no está mal darse un periodo de reposo controlado. Es deseable, si lo haces bien, pues el descanso en el deporte es fundamental. Lo importante es que sea planificado: que decidas cuándo y cuánto descansarás. Esto es muy diferente de irse saltando entrenos porque llueve, hace frío o ayer fue la cena de Navidad de la empresa.
Equipamiento adecuado
Entrena con el equipo adecuado. Si en el lugar donde vives el invierno es corto, tal vez no tengas ropa adecuada porque “para cuatro días no hace falta”. Esta es razón suficiente para que: no entrenes, lo pases mal si entrenas e incluso enfermes. Cómprate un equipo acorde a la época del año. Recuerda, además, vestirte por capas. Cuando sales a la calle, estando frío tú y fría la calle, necesitas estar bien abrigado. Ya sabes que luego te sobrará todo, pero no puedes permitirte pasar frío. Ah, y recuerda cambiarte de camiseta al terminar si no vas directo a la ducha. Quedarte con una camiseta mojada en invierno puede ser nefasto.
Adaptabilidad
– Aunque lo mejor es planificar el entreno, fuera de casa has de adaptarte. Si corres o vas en bici, tal vez debas modificar tu horario si llueve, pero se despeja a otra hora.
– Busca maneras alternativas para mantenerte activo. Si tu entrenamiento es habitualmente al aire libre, anticípate al invierno buscando otras opciones. Un gimnasio o entrenar en tu propio hogar pueden ser suficientes. Crea una tabla completa de ejercicios o contrata un personal trainer para ello.
– Elige deportes de invierno para divertirte a la vez que te mantienes en forma. ¡Es una de las ventajas que tiene el frío para el deporte!
Control de objetivos
Mantén un seguimiento de tus metas. Si por cuestiones meteorológicas no has podido completar determinados objetivos un día, trata de cubrirlos otro. En la semana podrás ir compensando unos días lo que no has conseguido otros días.
Una parte del todo
Aunque lo que importa es el resultado global de todo el año, ya ves que no debes descuidarte en invierno. Recuerda que la planificación puede ayudarte mucho. Así, puedes tener un calendario de tu plan de entrenamiento en el que incluir modificaciones. Comienza por añadir los entrenamientos básicos, señala los descansos, los momentos especiales y las alternativas. Así no tendrás que pensar cuando lleguen los momentos de debilidad. Ya sabrás de antemano si son momentos de relajarse, de bajar la guardia o de seguir al pie del cañón.