En el mundo del arte, el proceso creativo es el corazón de todo trabajo. A partir de estos procesos de creatividad nacen las grandes obras, proyectos o ideas. ¿Te preguntas qué es exactamente y cómo puedes conseguir las mejores ocurrencias reforzando tu proceso creativo? ¡Genial, te damos algunos consejos para ello! Además, recuerda que en nuestro centro podrás encontrar la mejor formación y cursos de artes gráficas con los que enfocar tu futuro profesional. Pide ahora información sin compromiso y acompáñanos.
Índice de contenidos
¿Qué es el proceso creativo?
Si no estás familiarizado con el mundo del arte, la creatividad o el diseño, es probable que no sepas muy bien a qué hace referencia el concepto de proceso creativo. Conocido como el proceso de generación de ideas, el proceso creativo también se puede llamar fase divergente.
Esta fase, por lo tanto, suele tener objetivos o metas concretas y en ella se usan diferentes herramientas para conseguir cumplir con ellas. Aunque es muy conocido en el mundo del diseño y las artes gráficas, también puede encontrarse en otros ámbitos o colectivos.
Sin embargo, en todos ellos se suele seguir la misma estructura de proceso creativo para generar nuevas ideas originales, únicas y creativas. A continuación analizamos qué etapas o pasos componen el proceso creativo y cómo podemos adaptarlo a cada uno de nuestros ámbitos.
Etapas del proceso creativo
El modelo más aceptado que define las fases del proceso creativo es el propuesto por el experto en relaciones internacionales y en ciencias políticas Graham Wallas. Nacido en 1858, el inglés Wallas propuso la división en cuatro grandes fases: la preparación, la incubación, la iluminación y la verificación. Sin embargo, hoy en día, podemos desgranar incluso más fases en este proceso de creación.
0-. Observación y localización
Sea cual sea el ámbito en el que vayas a trabajar, lo primero de lo primerísimo es la observación. Este punto no está descrito por Graham Wallas, sin embargo, es, digamos, el paso previo a cualquier proceso creativo. En el punto de partida, observa en qué sector podría encajar el objetivo y determina donde se localiza. ¿Cuál es el objetivo que persigues con tu proceso creativo? ¿Quieres obtener una idea nueva y única o mejorar o arreglar un proyecto que ya existe?
1-. Preparación
Cuanta más información recaudes sobre tu objetivo o meta, mejor. ¿Quieres crear una imagen publicitaria que impacte en los jóvenes de 15 a 30 años? Busca sus tendencias, su situación, sus preferencias, su humor… Recauda toda la información que puedas y prepárate para entender cómo van a influir todas las circunstancias y dimensiones que puedan influir en tu objetivo o meta.
2-. Incubación
En este punto, el proyecto, problema, meta u objetivo es observado desde lejos. Aunque no seamos conscientes de ello, durante este tiempo de incubación, nos vamos acercando a la tarea. Durante esta fase nuestro cerebro lo ve con objetividad, relajadamente. Es una parte imprescindible del proceso creativo y en él tienen lugar asociaciones libres, relaciones y conexiones espontáneas, relevantes, inesperadas y únicas. Puede suceder mientras trabajamos en otros proyectos o incluso cuando decidimos desconectar del proceso creativo del proyecto actual.
3-. Iluminación
La solución o la idea aparece de forma repentina en la fase de iluminación. En este punto, todo cuadra y la idea se materializa de manera entusiasta. Estos “flashes” son involuntarios, instantáneos e inesperados. También es conocida como la fase de la experiencia ¡Eureka! y se considera como el resultado de las anteriores fases.
4-. Verificación
Según Wallas esta sería la última fase del proceso creativo. En ella se analizan, comprueban y evalúan las ideas previas para comprobar cómo funcionan en la realidad o para ver si realmente soluciona el problema planteado inicialmente. Así, podremos acabar de definir o dar forma a nuestro proyecto, poniéndolo en marcha y aplicando nuestros criterios de pensamiento crítico y analítico que nos permitan llegar a nuestro objetivo.
Otros puntos del proceso creativo
Aunque estos puntos sean los principales y más conocidos promovidos por Wallas, en el proceso creativo cada persona es un mundo. Asimismo, cabe recordar que Internet es una gran ventana en la que evocar esta fase de “iluminación” de manera mucho más rápida y sencilla.
Ahora, en el proceso creativo buscamos consejos, tendencias, estéticas e ideas de terceros. Todo ello para fijar las bases de lo que será nuestra idea o producto. Además, el desarrollo, profundización y análisis de nuestros procesos creativos pueden ser online u offline, dándonos la oportunidad de evaluar y reevaluarlo antes de lanzarlo.
Además, el entorno actual nos permite lanzar la novedad, idea, solución o producto y comunicarla directamente a nuestro público objetivo. Una facilidad que también se acompaña de la posibilidad de obtener feedback de manera directa y rápida y que, a su vez, nos permite acabar de perfilar nuestro proyecto.