Generalmente, cuando pensamos en la palabra derecho, automáticamente se nos viene a la cabeza el concepto de abogado. Sin embargo, hay muchos más conceptos que pueden relacionarse dentro de esta definición ya que existen diversas ramas que abarcan esta disciplina. El derecho y los procesos penales son una de ellas. A continuación, conoceremos en profundidad este concepto y todo lo relacionado a él. Recuerda que puedes estudiar el máster en derecho penal de Esneca y ampliar tu perfil académico y profesional con total comodidad.
Índice de contenidos
¿Qué son los procesos penales?
Para explicar qué es un proceso penal, primero debemos conocer qué es el derecho penal. El derecho penal asocia a la realización de determinadas conductas, llamadas delitos, penas y medidas de seguridad como consecuencias jurídicas. Es una rama del derecho público que regula la potestad correctiva, el derecho a sancionar, del Estado.
Al hablar de derecho penal se hace uso del término de acuerdo a la referencia que queramos llevar a cabo, ya que podemos referirnos al Derecho penal sustantivo o al Derecho penal adjetivo. El derecho penal sustantivo, es aquel hace referencia al código penal o leyes penales, que son aquellas normas promulgadas por el Estado. Sin embargo, el derecho penal adjetivo hace referencia a las normas que regulan cómo aplicar ese código penal.
Por lo tanto, la definición de proceso penal señala todas las actuaciones, legalmente reguladas, que llevan a cabo los jueces para cumplir las facultades sancionadoras del Estado. A su vez, consiste en averiguar el delito cometido, su autor y el grado de responsabilidad del mismo.
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Tipos de procedimientos penales
Podemos dividir los procesos penales en:
1. Procedimiento sobre delitos leves. Hace referencia a las infracciones merecedoras un reproche punitivo, como para poder incluirlas en el catálogo de delitos, pero sin ser una infracción que necesite un castigo mayor al de una multa.
2. Sumario ordinario. Se conoce como el procedimiento para el enjuiciamiento de delitos originariamente contenido en la “Ley de Enjuiciamiento Criminal” en la que constan los delitos más graves.
3. Procesos especiales. Se clasifican dentro de esta clase aquellos delitos, tal y como consta sobre líneas, sobre el análisis de la persona que comete el hecho punible. Son todos aquellos procesos judiciales que se hallan sometidos a trámites específicos, total o parcialmente distintos a los del proceso ordinario. Se caracterizan por la simplificación de sus formas y por su rapidez. Se clasifican en:
- Procedimiento abreviado. Se ha convertido en el proceso más habitual. Hace referencia al proceso penal español de naturaleza ordinaria destinado a la instrucción, enjuiciamiento y fallo de aquellas infracciones penales castigadas con pena de prisión inferior a nueve años o a cualquiera otras penas no privativas de libertad.
- Procedimiento para el enjuiciamiento rápido de determinados delitos. Dentro de los delitos que deben ser enjuiciados mediante el procedimiento abreviado, la ley permite que algunos de ellos puedan ser procesados de una manera todavía más rápida.
- Proceso de sumario. Se refiere al conjunto de actos de investigación, defensa y de medidas cautelares que pueden adoptarse desde el auto de incoación al de conclusión de la instrucción.
Especializaciones de un abogado penal
Si te preguntas qué tipo de delitos debe analizar un abogado penalista. A continuación, podrás descubrir las diferentes naturalezas de los hechos delictivos a los que pueden hacer frente. Entre ellos destacan:
- Casos contra las personas y la vida: asesinato, homicidio, lesiones, aborto, etc.
- Casos contra el patrimonio: robos, hurtos, estafa, apropiación indebida, etc.
- Delitos económicos: estafa, blanqueo de dinero, delitos fiscales, etc.
- Contra la Administración y seguridad pública.
- Delitos laborales, sexuales y contra la salud pública.
- Delitos relacionados con la informática.
- Defensa de ciudadanos en el extranjero: extradiciones y órdenes de extradición.
Evolución de los procesos penales
Los procesos penales son una de las ramas mas antiguas del Derecho.
En la prehistoria, toda norma de conducta tenía carácter basado en la repetición de los usos y costumbres seguidos por cada comunidad o tribu. Las normas se enfocaban a castigar las conductas que resultaban lesivas para el grupo. La responsabilidad entonces era colectiva. Las sanciones podían conllevar a castigos físicos, en los casos más leves, hasta llegar hasta la expulsión, que equivalía a la pena de muerte.
Si nos trasladamos a la antigüedad, las diversas sociedades empezaron a organizarse en estructuras algo más sofisticadas. Se originó el concepto de “noción de Estado” lo que provocó la necesidad de regular y reglamentar las distintas relaciones interhumanas con el fin de facilitar la convivencia social entre los individuos.
En la Edad Media, la caída del Imperio romano de Occidente dio paso a la soberanía de los pueblos invasores, mayormente germanos. Durante ese tiempo, el derecho penal fue evolucionando por el contacto con la cultura romana, llegando a perder su carácter individualista hasta llegar a adquirir un carácter más público.
Durante los siglos IX-XI se instalaron en Europa occidental los sistemas feudales. En ellos la la Iglesia católica comenzó a sobrepasar los límites de las cuestiones organizativas y de jerarquía dentro de la propia Iglesia. Empezó a ir más allá para abarcar también aspectos relacionados con la vida secular, entre los que destacaba el derecho penal. Este hecho supuso una regresión al volver a introducir un elemento religioso en la legislación penal, ya que no se distinguía entre delito y pecado.
Posteriormente se descubrió un manuscrito del Digesto que trajo como consecuencia la creación de la Escuela de los Glosadores (siglo XII) con el fin de estudiar el derecho romano justinianeo, empleando un método de trabajo basado en la glosa.
Los Glosadores fueron sucedidos por los Postglosadores, autores de un nuevo sistema jurídico formado principalmente por el derecho romano y canónico que consiguió difundirse hasta convertirse en lo que conocemos como “ius commune” o “derecho común”, durante varios siglos, en toda Europa.
La legislación penal europea del siglo XIX dibuja un sistema punitivo respetuoso con los derechos fundamentales de las personas, reconociendo la necesidad de un tratamiento humano y resocializador del delincuente, la adecuación de la gravedad de las penas a la gravedad del delito y al nivel de responsabilidad del que lo cometa o la prohibición de aplicar penas desproporcionadas, inhumanas o crueles entre otras medidas.
No debemos dejar pasar los fenómenos criminales actuales como el terrorismo internacional o la criminalidad organizada, ya que pueden llegar a ser utilizados como pretexto para establecer políticas de “seguridad nacional” que restringen los derechos fundamentales de los ciudadanos.