El entrenador personal se ocupa de evaluar y valorar el estado del cliente, sus objetivos y sus necesidades. Ayuda a fijar unos objetivos realistas y que se puedan alcanzar, así como a guiar de forma correcta al cliente para conseguirlos. El personal trainer también guía y supervisa la ejecución de los ejercicios y realiza las modificaciones pertinentes en el entrenamiento según varíen o no las necesidades del cliente.
Finalmente, pero no menos importante, el entrenador personal informa y educa sobre la actividad física y la salud. Se encarga de trasladar a sus clientes la motivación y el entusiasmo necesarios para seguir adelante, especialmente en aquellos momentos en los que resulta más difícil reunir el valor y las ganas para seguir.