El paro es, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la principal preocupación de los españoles. Y es que tener trabajo no solo nos permite a muchos llegar a fin de mes. Tener un empleo es también una forma de socializar, una manera de ocupar un espacio en este engranaje que conocemos como sistema económico. Y una de las maneras de formalizar nuestro papel en él, es mediante un contrato de trabajo, que regula a su vez la relación laboral entre un trabajador y su empleador. ¿Te gusta el mundo de los recursos humanos? Entonces no te pierdas nuestro MBA en administración y dirección de empresas experto en recursos humanos. Y sigue leyendo, porque hoy repasamos los 4 grandes tipos de contratos laborales que existen.
Índice de contenidos
¿Qué es un contrato laboral?
Un contrato laboral establece, como hemos comentado anteriormente, el acuerdo entre el empleado y el empleador. A través de este acuerdo, el empleado se obliga a prestar sus servicios al empresario, que dirigirá y controlará estos servicios, a cambio de un salario o retribución. Este documento, además de establecer estos parámetros, debe tener también otras características.
Así, un contrato laboral debe ser bilateral, en el que se establezcan los derechos y obligaciones de ambas partes (trabajador y empresario). En él deben constar las actividades y servicios que se desarrollarán, así como la remuneración que estos tendrán.
Por otro lado, también se refleja en el contrato laboral la duración, la existencia o no de un periodo de prueba, la necesidad de preavisar si hay que rescindir el contrato antes del tiempo establecido y otros acuerdos o cláusulas que empleado y empresario convengan.
Tipos de contratos laborales
Ahora que ya sabemos qué contiene el contrato laboral, veamos cuáles son los tipos de contratos laborales que existen en España y cuáles son sus características propias.
1-. Contrato indefinido
Uno de los tipos de contratos laborales más famosos es el contrato indefinido. Su característica principal es, tal como dice su nombre, que no tiene una fecha estipulada en la que se va a rescindir el contrato. Es decir, este tipo de contrato le da al empleado cierta estabilidad. Además, si el empleado rompe el contrato y finaliza la relación laboral sin motivo procedente, deberá indemnizar al empleado.
El contrato indefinido supone tanto al empleado como al empleador una serie de beneficios fiscales tales como deducciones, emprendedores, colectivos en riesgo de exclusión social… Además, según la regulación española, todos los trabajadores que desempeñen la misma actividad comercial con la misma empresa durante más de dos años, deberán estar en régimen de contrato laboral indefinido.
2-. Contrato temporal
El contrato temporal es otro de os grandes tipos de contratos en nuestro país. Este se caracteriza por estipular una fecha de “caducidad” en la relación entre empleado y empleador. En ellos también debe figurar la posible existencia de un periodo de pruebas. Además, también podemos hablar de tipos de contratos temporales. Veámoslos a continuación:
2.1. Contrato por obra o servicio determinado
El primero de los tipos de contratos temporales que debemos conocer es el de obra y servicios determinados. Esta tipología se utiliza cuando se sabe que la relación laboral solo va a durar un tiempo establecido. Aun así la fecha de finalización es indeterminada, por lo que la relación laboral durará lo que dure determinado servicio.
2.2. Contrato eventual
Otro de los tipos de contratos temporales es el contrato eventual. Este contrato tiene la particularidad de que no puede durar más de seis meses y se usa, generalmente, en empresas en las que se necesita puntualmente ayuda de más empleados. Suelen hacerse contratos eventuales cuando hay picos de trabajo o cuando, por circunstancias imprevistas, aumenta la cantidad de trabajo.
2.3. De interinidad
El objetivo principal del contrato de interinidad es el de cubrir un puesto de trabajo de manera temporal. Es decir, el contrato dura lo que se alarga la ausencia del anterior empleado. Generalmente está relacionado con el cubrimiento de bajas.
2.4. Contrato de relevo
Otro de los tipos de contratos temporales que podemos encontrar. Se caracteriza por cubrir un periodo temporal concreto a un empleado, por norma general, a alguien que va a jubilarse o solicitar una reducción de jornada.
3. Contratos de formación y aprendizaje
Este tipo de contrato está pensado para ser usado para personas de entre 16 y 30 años (o hasta 25 si la tasa del paro es inferior a 15%). Su principal característica es que permite alternar la actividad laboral y la formación y su objetivo es fomentar la inserción laboral. Lo máximo que puede durar un contrato de formación son tres años y, tras ellos, la empresa deberá hacer un contrato indefinido (siempre que pueda). Además, la retribución del contratado no puede ser menor que el sueldo interprofesional.
4. Contrato de prácticas
El último de los tipos de contratos que podemos encontrar en España es el de prácticas. Parecido al contrato de formación, el de prácticas se realiza con la finalidad de obtener mayor cualificación y competencias profesionales. Está generalmente vinculado a una formación en concreto y ofrece experiencia laboral en un sector profesional.