Una dieta no es más que un conjunto de hábitos alimenticios. Cuando hablamos de ‘hacer dieta’ no sólo nos referimos a comer menos par abajar de peso, sino que también incluimos ingerir una cantidad adecuada de nutrientes, prescindir del abuso de la sal o incluso adoptar un estilo de vida vegetariano, por ejemplo. Hoy te traemos algunos ejemplos de tipos de dietas que pueden ayudarte a entender mejor cómo funciona la nutrición y de qué manera se adapta a las necesidades individuales.
Índice de contenidos
¿Qué son las dietas?
Las dietas son el conjunto de pautas y hábitos alimentarios que tiene una persona. Aunque estamos muy acostumbrados a ver una dieta como algo restrictivo y sólo enfocado a la pérdida de peso, en realidad es mucho más que eso. Cada tipo de dieta está pensado para adaptarse a las necesidades nutritivas individuales, y no necesariamente deben tener como objetivo bajar de peso.
Por ejemplo, una dieta proteica tiene como objetivo consumir más proteínas, y una dieta hiposódica busca restringir alimentos y bebidas con mucho sodio. A continuación, te contamos cuáles son las principales clases de dietas y cuáles son sus características.
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Ejemplos de tipos de dietas
Existen diversos tipos de dietas que se pueden seguir. Siempre que se tengan en cuenta las necesidades nutricionales de cada persona y se mantenga un equilibrio en el consumo de alimentos, cada dieta puede aportar grandes beneficios a quien la sigue. Veamos algunos ejemplos de dietas:
Dieta disociada
La dieta disociada consiste en separar ciertos alimentos durante la comida. Se trata de una dieta enfocada al adelgazamiento, pero que no es restrictiva ni impone un consumo de calorías diarias, sino simplemente consumir los grandes alimentos por separado. Por ejemplo, no mezclar carbohidratos con proteínas es una de sus recomendaciones. Igual que en cualquier otra dieta, se recomienda evitar el consumo de alcohol, azúcar y los productos procesados.
Dieta proteica
Una dieta proteica se basa en consumir proteínas para mantener el peso y reducir el consumo de carbohidratos y lípido. Estas proteínas deben ser magras y contener grasas saludables, y para realizarla se incluye un alimento proteico en cada comida del día. A medida que se avanza en esta dieta se deben reducir progresivamente las calorías con el objetivo de que el cuerpo no sufra un impacto por estrés o las consecuencias de carencias nutricionales. Es recomendable consultar con un nutricionista para que oriente el seguimiento de esta dieta.
Dieta de volumen
La dieta de volumen es un plan nutricional focalizado especialmente en la nutrición deportiva. Los deportistas y fisioculturistas adoptan este tipo de dieta para aumentar su masa muscular, algo que consiguen a través de consumir más calorías de las que gastan y con el consumo de alimentos ricos en proteínas. No obstante, no se elimina ningún alimento; se siguen consumiendo cantidades significativas de carbohidratos y de grasas saludables.
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Dieta vegetariana
Quienes no consumen carne ni pescado llevan una dieta vegetariana. Esta se centra en la alimentación basada en productos de origen vegetal como las verduras, las frutas, las nueces, los granos integrales, etc. Además, también incluye productos de origen animal que no requieren de su muerte, como los huevos y la leche. Al eliminar por completo un grupo de alimentos de la dieta vegetariana, es altamente recomendable que quien decida seguirla consulte con un especialista.
Dieta vegana
Los veganos van un poco más lejos. No sólo eliminan el consumo de carne y pescado de su dieta, sino que también evitan cualquier producto de origen animal, incluidos los huevos o la leche. Para seguir una dieta vegana es necesario comer íntegramente productos de origen vegetal y, igual que con la dieta vegetariana, se recomienda acudir primero a un especialista para ayudar a elaborar un plan de alimentación vegano y equilibrado.
Dieta carnívora
Muchas personas buscan mejorar su salud intestinal sin afectar a su rendimiento físico y escogen llevar una alimentación basada en productos de origen animal. Esto incluye carnes, órganos, vísceras, huevos y lácteos, y excluye todos los alimentos de origen vegetal. Se trata de una dieta que puede ser peligrosa si no se realiza bajo la supervisión de un especialista, puesto que numerosos estudios han demostrado que el consumo elevado de embutidos y carnes rojas puede ser perjudicial para la salud.
Dieta hiposódica
La dieta hiposódica se basa en restringir alimentos y bebidas que tengan un alto contenido en sodio. Incluye los alimentos de origen animal, preenvasados y muy condimentados, por ejemplo, y en su lugar recomienda productos frescos y comidas a base de vegetales. Se trata de una dieta recomendada para quienes consumen demasiado socio; esto puede conllevar un aumento de la presión arterial y del riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Por ello, reducir el consumo de sal puede reportar numerosos beneficios para la salud.
Cuando se busca cambiar los hábitos alimenticios siempre es aconsejable acudir a un nutricionista. Este profesional es un experto a la hora de determinar las necesidades nutricionales de una persona y diseñar un plan de alimentación que se adapte a ellas sin poner en riesgo la salud. ¿Te gustaría aprender a hacerlo?
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