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Desde el principio de la humanidad, nuestros antepasados ya utilizaron la energía solar. A medida que las civilizaciones avanzaban, también se desarrollaban estrategias para aprovechar de manera más eficiente los diferentes tipos de energía solar. En la actualidad, las nuevas tecnologías posibilitan que más países apuesten por ella y que su aprovechamiento sea cada vez mayor. La emergencia climática que afronta nuestro planeta está produciendo una gran revisión de las acciones para atenuar el impacto medioambiental. Entre estas acciones se encuentra el compromiso de utilizar energías renovables como la energía solar.

Pero ¿qué tipos de energía solar existen? Sigue leyendo para conocer sus características y opciones. Y recuerda que en Esneca Business School podrás formarte en este ámbito con nuestro postgrado online en energías renovables.

¿Qué es la energía solar?

La energía solar es una fuente de energía renovable obtenida directamente del Sol. Se aprovecha mediante diferentes tecnologías que capturan y convierten la radiación solar en formas utilizables, como electricidad o calor. Es considerada una de las energías más limpias y abundantes del planeta debido a que el Sol emite suficiente energía en una hora como para cubrir la demanda global durante un año.

Además de ser inagotable, tiene un impacto ambiental mínimo en comparación con los combustibles fósiles, lo que la convierte en una herramienta clave para combatir el cambio climático. Es ampliamente utilizada tanto a nivel doméstico como industrial, y su versatilidad permite su aplicación en diversas áreas, desde la generación de electricidad en plantas solares hasta el suministro de agua caliente en viviendas.

Actualmente, los avances tecnológicos han mejorado la eficiencia y reducido los costos de los sistemas solares, haciendo que esta fuente de energía sea cada vez más accesible para hogares y empresas. Al mismo tiempo, los incentivos gubernamentales y los compromisos internacionales para reducir emisiones han impulsado su adopción a nivel mundial.

Conoce qué es la energía verde y cuáles son las ventajas que ofrece optar por esta clase de energía.

La energía solar es una energía de origen renovable que se obtiene al captar la radiación solar para producir calor y electricidad. Pero no toda la radiación de este tipo llega hasta la tierra. Los rayos de sol, al atravesar la atmósfera, pierden intensidad. Esto se produce por la absorción, la difusión y la reflexión de gases y partículas que están suspendidas en la atmósfera. Por este motivo, se puede dividir en radiación solar directa (cruza la atmósfera sin cambiar de dirección) y dispersa (llega a la tierra tras los fenómenos de difusión y reflexión).

Según la finalidad y la tecnología empleada, existen tres tipos de energía solar: energía solar fotovoltaica, energía solar térmica y energía solar pasiva. Veámoslos.

Energía solar fotovoltaica

Gracias a la instalación de paneles solares fotovoltaicos se obtiene directamente la electricidad a partir de la radiación solar. Los paneles están fabricados con células de fósforo y silicio. Son materiales semiconductores que, cuando reciben la luz de manera directa, se ionizan y liberan electrones. La suma de estos electrones genera corriente eléctrica.

Las instalaciones fotovoltaicas se dividen en dos grupos:

  • Instalaciones de autoconsumo para casas, edificios, empresas o granjas solares. No superan los 100 kW de potencia y pueden conectarse a la red o estar aisladas.
  • Centrales fotovoltaicas: se instalan en grandes espacios para abastecer a poblaciones de tamaño grande o mediano. Pueden alcanzar hasta los 1500 kW de potencia.

La energía que generan los paneles fotovoltaicos no se puede almacenar, pero los excedentes pueden verterse a la red de consumo. Es el llamado “excedente fotovoltaico”. Gracias a las placas solares se ha extendido el autoconsumo de energía solar. Puedes instalarlas en tu casa para producir tu propia electricidad.

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Energía solar térmica

La energía solar térmica aprovecha la radiación solar y la convierte en energía térmica para calentar fluidos. La puedes utilizar como calefacción o agua caliente para distintos usos: higiénico, industrial o residencial. La energía almacenada también genera energía eléctrica, ya que el calor se puede usar para producir vapor y movilizar turbinas.

Una instalación solar térmica tiene diferentes elementos. Un sistema captador de radiación solar, un sistema que almacena la energía y un sistema que distribuye el consumo.

Para una instalación doméstica de baja temperatura, los captadores solares se instalan en el tejado o en las zonas soleadas de la vivienda. Estos retienen la radiación solar y la convierten en calor. Circula por un circuito de tubos metálicos que produce energía para el uso diario de agua caliente y calefacción de tu hogar. Un calefactor solar produce aire caliente durante el invierno y aire acondicionado en el verano. Es una de las formas más económicas de mantener tu hogar a temperatura óptima todo el año.

La energía solar de grandes instalaciones se aprovecha a mayor escala. Este tipo de plantas trabajan a temperaturas que superan los 500 ºC. La energía térmica se transforma en energía eléctrica para el abastecimiento de la red eléctrica. Además, las nuevas tecnologías de almacenamiento permiten retener el calor de forma más económica. Después, pueden transformarla en electricidad según se necesita para regular la producción.

Existen tres tipos de energía solar térmica:

  • De baja temperatura: los colectores que la producen alcanzan temperaturas de hasta 65 °C mediante absorbedores de calor.
  • De media temperatura: los colectores generan temperaturas de hasta 300 °C. Concentran la energía gracias a espejos, por lo que solo funcionan con luz directa.
  • De alta temperatura: los colectores alcanzan hasta 500 °C y la energía termosolar se genera con turbinas de vapor.

Energía solar pasiva

La energía solar activa es la que se extrae con distintas tecnologías mediante procesos térmicos y fotovoltaicos, pero existe también la energía pasiva. Se trata del tipo de energía que puedes utilizar sin necesidad de tecnología de recogida y tratamiento.

La arquitectura bioclimática es uno de los principales recolectores de energía solar pasiva. Las viviendas con este tipo de diseño están construidas con materiales específicos y orientaciones especiales. La energía que capta la vivienda a lo largo del día sirve para mantenerla a buena temperatura durante la noche, pero también evita el exceso de calor en las horas de sol intenso. Es una de las maneras más primitivas de aprovechar los beneficios del sol. Las viviendas se adaptan al clima del lugar en el que se construyen para conseguir la climatización adecuada.

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¿Qué beneficios tiene la energía solar?

La energía solar presenta una serie de ventajas que la hacen destacar por encima de otras energías verdes. Estas son:

  • Es una energía ecológica e inagotable que no produce residuos al trasformarse en energía térmica o fotovoltaica. Por ello, tiene menor impacto en el medioambiente.
  • Gracias a la tecnología, se puede reaprovechar. La energía solar es almacenable y se puede transformar en electricidad cuando se requiere.
  • Su potencia es tan grande que lo que se recibe en una hora equivale al consumo mundial de energía en un año.
  • Es capaz de adaptarse a instalaciones domésticas de pocos metros o a grandes espacios de producción de plantas solares.
  • Las energías renovables como la fotovoltaica son más baratas que las convencionales. Gracias a las tecnologías renovables se reducen sus costes. Por este motivo, pueden competir en los mercados con las energías convencionales de las grandes compañías.

Hasta aquí un recorrido por los distintos tipos de energía solar y sus funciones. Las energías renovables son la mejor opción para disfrutar de una alternativa ecológica y económica a las energías habituales. Pasarse a la energía solar es una apuesta de futuro y la solución más económica. Y recuerda que en Esneca podrás especializarte en este ámbito con nuestro Curso de Energías Renovables.